lunes, 9 de noviembre de 2009

Genes, biosfera y chamanismo

Testimonio de Jeremy Narby, autor del libro “The Cosmic Serpent”. Su estudio antropológico, nacido de una larga convivencia con chamanes shipibos del Perú, le ha permito plantear una teoría de la experiencia con la ayahuasca, donde los chamanes perciben la información contenida en los fotones emitidos por nuestros genes, además de la información de la propia bioesfera. Otro punto de vista.


lunes, 26 de octubre de 2009

Los adversarios al servicio de algo más grande

Cuando los antagonistas se envalentonan y su ego se infla pueden hacernos titubear. En esas andaba cuando "casualmente" me cayó en las manos esta reflexión de Bert Hellinguer donde habla de sus detractores, a propósito de una publicación que criticó su módelo de terapia breve de Constelaciones familiares. A pesar de las diferencias, siempre estamos al servicio de algo más grande.

¿Cómo tratar a sus adversarios, tanto a los vanos como a los temerosos? Sin ni siquiera considerar sus intenciones, lo primero es respetarlos. En definitiva, no sabemos qué papel cumplen ni a quién sirven. Por eso, respeto la molestia que se toman para hablar, escribir, actuar; respeto la atención que me proporcionan a mi, incluso a otros y al conjunto en toda su amplitud. Reconozco que al hacerlo sirven a ese conjunto y a través de él, a mí y a muchos otros. Sin resistencia nada vivo ni verdaderamente humano puede desarrollarse. Sólo gracias a la resistencia que ofrece el exterior algo puede diferenciarse, insertarse en otra cosa de más extensión. Gracias a la resistencia, dentro del marco de unos límites, algo puede encontrar su fuerza y la comprensión de lo que es realmente posible. Todo aquello que ya no consigue expandirse se verá obligado a concentrarse. En lugar de altura y anchura, podrá ganar en profundidad.

En segundo lugar, al oponerse a mí, mis adversarios encuentran a menudo su propio camino con mayor facilidad. En esto sirven mejor al conjunto que si me aprobaran o me siguieran, renegando así de su propia verdad. De esa forma cada cual aporta su contribución únicamente a partir de lo suyo propio. El que ha encontrado esta autenticidad deja con el tiempo de alimentar la enemistad, habiendo perdido tanto el miedo a los otros como la necesidad imperiosa de doblegarles a su imagen o incluso de someterles. El que ha encontrado su autenticidad está conectado con todos de manera sosegada. Frente a sus propios adversarios desarrolla tolerancia y sabe dar tiempo hasta que se disuelva la animosidad de aquellos enemigos en busca de lo suyo propio. Sin embargo es importante ver que al querer mal a otros, los hay que se descuidan de si mismos o traicionan lo suyo.

En tercer lugar, la enemistad suele precisar de acólitos. Se fortalece gracias al número de ellos y la lealtad que los une en la oposición. Pero con esto fortalecen también a los seguidores de aquel al que se oponen. Cuando los seguidores se desmoronan, se desmorona también la fuerza de ambos bandos. Al quedarse sin seguidores, los líderes de los campos antagonistas se quedan frente a ellos mismos. Entonces se puede revelar una fuerza mayor.

¿Cómo reconocer la fuerza mayor? Se descubre a través de lo que subsiste. Sólo lo que subsiste era y es esencial

viernes, 23 de octubre de 2009

El Manjar de los dioses


Estoy releyendo el libro El Manjar de los Dioses, escrito por el etnobotánico, recientemente fallecido, Terence McKenna. Su idea del papel crucial de los hongos visionarios (con activos psilocibínicos) en la evolución de la conciencia humana siguen moviéndome:


“Mi argumento es que la mutación producida por componentes psicoactivos en la dieta humana temprana influyó directamente en la rápida reorganización de las capacidades de procesamiento de la información del cerebro. Los alcaloides de las plantas, particularmente los compuestos alucinógenos como la psilocibina, dimetiltriptamina (DMT) y harmalina, pueden ser los factores químicos de la dieta protohumana que catalizarán la emergencia de la autoconciencia humana. La acción de los alucinógenos, presentes en muchas plantas comunes, mejoró nuestra facultad de procesar la información o sensibilidad ambiental, y por lo tanto contribuyó a la repentina expansión del tamaño del cerebro humano. En un estadio superior de este proceso, los alucinógenos actuaron como catálisis en el desarrollo de la imaginación, alimentando la creación de estratagemas internas y posibilidades que quizá concordaron con la emergencia del lenguaje y la religión.”


A lo largo del libro, McKenna expone dentro de su hipótesis la aparición de tres grandes saltos evolutivos, dados por el nivel de consumo del hongo:


Primer nivel (bajo). Pequeñas cantidades de psilocibina, consumidas sin tener conciencia de su psicoactividad en el marco del acto común de recogida de alimentos, producen un importante aumento de la agudeza visual en particular en la detección de límites. El descubrimiento de "binoculares químicos" no podía dejar de tener un impacto en el éxito en la caza y en la recolección para aquellos individuos que consiguieran dicha ventaja. Grupos comunitarios que incluyeran a individuos que mejoraran su visión tendrían más éxito a la hora de alimentar a su descendencia.


Segundo nivel (medio). Al ser la psilocibina un estimulante del sistema nervioso central, cuando se toman dosis ligeramente superiores, tiene tendencia a producir agitación y estimulación sexual. Por lo tanto, en este segundo nivel de uso, al aumentar las posibilidades de copulación, el hongo favorece directamente la reproducción humana.


Tercer nivel (alto). El tercer nivel es el nivel de la total apertura del éxtasis chamánico. La intoxicación mediante la psilocibina es un éxtasis cuya esencia y profundidad desafían la descripción. Es completamente Otro y no menos misterioso para nosotros de lo que fue para nuestros ancestros comedores de hongos. Se establecen vínculos comunitarios y actividades sexuales en grupo, lo que promovió la mezcla genética, una tasa mayor de nacimientos y un sentido de la responsabilidad comunal por parte de la prole del grupo.


El efecto de los hongos en la bioquímica del cerebro no debe dejarse de lado al estudiar la evolución de la conciencia. Su impacto en la capacidad cognitiva, dada por sus activos, es un tema de estudio que puede llevar a más preguntas sobre nuestra relación psicoactivo + conciencia.

Una psicoactiva búsqueda literaria



"Soy una parte de todo aquello que he encontrado en mi camino." Alfred Tennyson.


En mis primeros encuentros con las plantas de poder, donde las experiencias eran autodidactas y sin más guía que mi irresponsable curiosidad (¡qué bueno!), surgieron miles de preguntas, todas al servicio de mi pretenciosa necesidad por “entender” lo que vivía en mis inmersiones en el inconciente y más allá.


Eran los finales de los 80’s y comienzos de los 90’s, mi hambre intelectual me llevaba a devorar toda la información disponible acerca del tema, pero, la escasez de literatura en español, me limitaba. Ya leídos, me quería alejar de la contracultura (Aldous Huxley, Timothy Leary, Hunter Stockton Thompson, Ram Dass) y ya renegaba de la exaltación mítica de la figura de Carlos Castaneda.

Lo disponible se encontraba entre una visión antropológica cientificista, donde el consumo de plantas de poder era un arcaísmo de culturas protohistóricas y rezagadas (con un dominante racismo antropológico), o era la interpretación psicológica donde el chamán es solo un sujeto esquizoide.


Pero, por otro lado, pude poetizar con el testimonio de los “yonquis” confesos (William Burroughs, Allen Ginsberg, Jack Kerouac, Thomas De Quincey, Samuel Taylor Coleridge, Charles Baudelaire). La ilustración de Antonio Escohotado me reconcilió con muchos ámbitos y Ernst Jünger me dio la llave para filosofar sin miedos.


Luego el etnobotánico Terence McKenna y su libro El Manjar de los Dioses le dio otra dimensión al tema, sacándolo de la interpretación lógica (psicológica - sociológica – etnológica - antropológica) hasta abarcar la propia evolución de la conciencia.


Alejandro Jodorowski me rescató de la incredulidad, acercándome al tarot y a tomarme menos en serio. Así, pude llegar con menos afanes a Stanislav Grof y su mirada transpersonal que, a su vez, le quitó mis trabas a la compañía permanente e insuperable de C.G. Jung. No pasó mucho cuando me encontré con Abraham Maslow, Charles Tart, Ken Wilber, Fritz Perls, Wilhem Reich, John Pierrakos, Bert Hellinguer. Paralelamente, otra puerta se abrío con Gurdjieff, Sri Aurobindo y el budismo con D.T. Suzuki.


Veinte años después los testimonios no se agotan y sigo mis encuentros. Pero algo ha cambiado. Mi psicoactiva búsqueda literaria ya no tiene fuentes para comparar que no sea mi propio viaje. A todos los seres que leí, gracias sinceras. Faltan muchos por nombrar. Los honro por su valentía. Ahora, con humildad, empiezo a escribir mis propias páginas, mi propio camino, imposible sin todos ustedes que, desde su curiosidad, se atrevieron. Nos hermanamos en ese lugar. Hoy solo me queda repetir las palabras de Albert Schwaitzer: "Según vamos adquiriendo conocimiento, las cosas no se hacen más comprensibles, sino más misteriosas."


(Imagen: Máquina de escribir de Jack Kerouac, con la cual escribió el primer manuscrito de "En el Camino").


miércoles, 21 de octubre de 2009

De la servidumbre moderna



“Qué época tan terrible esta, en que unos idiotas conducen a unos ciegos”
William Shakespeare

La servidumbre moderna es una servidumbre voluntaria, consentida por esos esclavos que se arrastran por la faz de la tierra. Ellos mismos compran las mercancías que los esclavizan cada vez más. Ellos mismos procuran un trabajo cada vez más alienante que se les otorga si demuestran estar lo suficientemente amansados. Ellos mismos eligen los amos a los que deberán obedecer. Para que esta tragedia absurda pueda tener lugar, ha sido necesario despojar a esa clase de la conciencia de su explotación y de su alienación. He ahí la extraña modernidad de nuestra época. Al igual que los esclavos de la antigüedad, que los siervos de la Edad Media y que los obreros de las primeras revoluciones industriales, estamos hoy en día frente a una clase totalmente esclavizada, pero que no lo sabe o más bien no lo quiere saber. Ellos ignoran la rebelión, que debería ser la única reacción legitima de los explotados. Ellos aceptan sin discutir la vida lamentable que se planeó para ellos. La renuncia y la resignación son la fuente de su desgracia.

Este es el trailer del documental de Jean-François Brient sobre la servidumbre moderna y el sistema mercantil totalitario donde tod@s vivimos. Mas información y el documental en Http://delaservitudemoderne.org

El altar del Chota-a tchi-née


Al respecto de la labor de intermediación que los “hombres de conocimiento” (Chotachiné, Chota Chiné, Xuta Chjine, Chota-a tchi-née) realizan en las veladas mazatecas quisiera detenerme en algunos aspectos, entre ellos, la importancia del altar en esa tradición.


Para el Chotachine, nombre genérico como los mazatecos llaman a sus terapeutas (persona con habilidades especiales obtenidas a través de la formación y de la experiencia, que en su labor, ofrece apoyo) originales de la Sierra Mazateca en Oaxaca, el altar es un elemento fundamental en la velada.


Su aspecto místico es esencial, ya que es la mesa espiritual que el Chotachiné recibe para su ejercicio, luego de su iniciación: la Ceremonia Especial de entrega de bastón de mando, donde es infundido de poder por los Chikones (Poderes tutelares de la región). Ella se debe plantear como una escenografía transpersonal que sirve al proceso que se iniciará con los hongos. Cada objeto allí puesto debe servir a la ceremonia en su totalidad, tanto en su aspecto utilitario como en el simbólico. Nada es accesorio, todo cumple una razón de ser dentro del conjunto del altar.


Para su armado se deberán colocar sobre una mesa imágenes de sanación, protección y bienestar, además de referencias gráficas a los Chikones, en especial a San Martín Caballero, imagen sincrética que representa al Señor de la Montaña, al “Huero”, el Chikón Nindó Tocosho. Otras imágenes que se pueden colocar son la Virgen de Guadalupe, San Miguel Arcángel, San Pedro y San Pablo, etc (según el trabajo a cometer).


Se agregan flores (dadas, preferentemente, por los asistentes), veladoras o velas de cera virgen (que se prenderán al comienzo de la velada y, encenderse, si alguna persona pasa por una crisis curativa); botellas de agua para la sed; mezcal, para dar de tomar en caso de que a algún participante se enfríe mucho y le baje la tensión arterial.


Como aspecto central estará la copalera, la cual trabajará el Chotachiné, y el piciete (San Pedro) o tabaco ceremonial, para abrir camino en las dificultades del viaje enteógeno. La copalera cumplirá la función de fuego central y, al mismo tiempo, ombligo del mundo por donde se cruzan los planos.


Se pone el altar en dirección Este, es decir, cuando el Chotachiné se sienta frente a él, debe mirar en dirección a dónde amanece. La dirección opuesta refiere a la brujería, en su inclinación con trabajar las fuerzas crepusculares, ubicadas en el Oeste, donde muere el día.


El Chotachiné estará siempre trabajando frente a su mesa espiritual: el altar. Los asistentes se ubicarán de igual forma. Los procesos transpersonales tendrán un ámbito individual, pero por otro lado, el Chotachiné, como guía y facilitador, ayudará desde el altar a cada participante como al mismo conjunto del grupo, el cual tiene una dinámica, un tono propio que se va desarrollando a lo largo de la ceremonia.


El altar en la velada mazateca es el lugar donde los Poderes se despliegan y la guía del Chotachiné toma lugar. De allí que no es simple decorado. Es eje del ritual.

jueves, 15 de octubre de 2009

Milton Erickson, abriendo la vieja nueva puerta

El modelo terapéutico de Milton Erickson sigue abriendo puertas a nuevas fórmulas y acercándose, paradójicamente, cada vez más a los usos y costumbres de los saberes chamánicos de otras culturas. Desde que su práctica dejó atrás las rotulaciones con que en su tiempo se delimitaban los territorios del Terapeuta vs. Consultante, abrió un nuevo horizonte para las intervenciones y tratamientos, cambiando las etiquetas que se dan al síntoma y el propio lugar del terapeuta dentro del proceso. Sus enseñanzas, aún siguen dando frutos, invitándonos a cruzar nuevos umbrales a la vez que nos regresan a las antiguas tradiciones.


Su modo de abordar cada caso, donde las generalizaciones y concepciones reduccionistas no tienen cabida y cada cual merece una estrategia propia y un acercamiento particular, no busca que sus consultantes comprendan la razón de sus dificultades personales; no hace interpretaciones, sabe que el lenguaje es el lugar del extravío y no permite que el consultante reflexione sobre sus propias palabras, como bien se practica en otros modelos; no explora ni profundiza las motivaciones, concientes o inconcientes, que en una persona habitan y que la impulsan a un determinado comportamiento. Todo un enfoque radicalmente nuevo y a la vez, se pierde en los anales de las tradiciones más antiguas.


Erickson reconoce que nuestra naturaleza está determinada por el inconciente y se aboca a trabajar directamente con él, sin buscar mediar o negociar con la conciencia. El uso reiterado de metáforas, anécdotas y artificios narrativos se convierte así en un recurso que impacta directamente sobre los contenidos inconcientes, generando respuestas rápidas, profundas y permanentes, que están al servicio del crecimiento del propio consultante.


Para Erickson las fantasías del propio consultante (que bajo algunos modelos tradicionales pueden ser calificadas como patológicas) son un terreno fértil donde puede construirse, por ello las usa y edifica sobre ellas (apoyado en el trance hipnótico), creando todo un tinglado que permite la expresión creativa del síntoma. Este aspecto se acerca a algunos técnicas chamánicas, donde se reconoce que el propio problema o alteración es, en sí mismo, la misma solución, permitiendo extraer la enseñanza contenida en éste.


De otro lado, la confianza que Erickson tenía en la capacidad de cada consultante para hacer un movimiento positivo, empodera de nuevo a la persona, dándole la certeza que él mismo trae consigo las herramientas y recursos para el cambio y el equilibrio. Este refuerzo de sí mismo es respaldado además, al quitársele el juicio al síntoma, hecho por el cual la persona es etiquetada negativamente, liberándola del discurso del padecimiento y el trastorno.


Como el dios Jano abrió un puerta, nueva solo para los ojos que no reconocen el potencial de los modelos no occidentales. Todo ello desde que dejó de pensar en cómo ayudar a la gente a darse cuenta de por qué hacían lo que hacían, y comenzó a pensar en cómo promover el cambio y con ello el regreso del equilibrio.


Los grandes aportes que Milton Erickson ha traído a las intervenciones y estrategias terapéuticas lo vinculan al chamanismo más de lo que se cree. Las proporciones de su trabajo y el impacto de su práctica aún está por verse. Con respeto debe reconocerse su mirada edificante, que da una bocanada de aire a los acercamientos del sistema sanitario, algunas veces ya obsoletos, y abre un nuevo horizonte en la relación Terapeuta + Consultante; siempre, con un profundo respeto hacia la dignidad de cada persona.

miércoles, 2 de septiembre de 2009

Lo que buscas es lo que encuentras



Cuando realizó una terapia de interferencias energéticas, donde en un estado de relajación profunda se lleva al consultante a contactar los habitantes de su inconciente, metáforas vivas de las dinámicas personales, las representaciones que emergen toman las máscaras de arquetipos como la Sombra, el Héroe Solar, el Niño Herido, etc. La terapia es similar a la Imaginería Activa junguiana. Prácticas similares, llevadas por personas prejuiciadas o determinadas bajo un sesgo religioso, pueden encasillar los contenidos que surgen como entidades independientes que hay que eliminar o exorcisar, restringiendo la posibilidad de una integración de lo no resuelto. El solo cambio de mirada sobre estos contenidos pueden determinar su destino y manifestación. Hace unos días me encontré con esta historia:

Según la tradición judía, un dibuk es un difunto que toma posesión parcial de un vivo y lo hostiga. Al constatar que estos hechos han casi desaparecido con los años, un judío preguntó al rabino Mendel de Kotzk:

—¿Por qué ya no se oye hablar de los dibuk?

—Porque hoy en día ya nadie sabe expulsarlo.


Incrédulos cuánticos


Niels Bohr, uno de los padres de la teoría cuántica, conoció, a un hombre que tenía colgada una herradura encima de la puerta de su casa. Bohr le preguntó:

—Eres supersticioso? ¿Crees de verdad que esta herradura te va a dar suerte?

—Por supuesto que no —repuso el hombre—. Pero parece que funciona aunque no le creamos.

Tres visiones



Se pueden definir tres posiciones frente a la vida a partir de una habitación oscura.

En una habitación oscura, un hombre busca algo. Es un científico.

En una habitación oscura, un hombre busca algo que no está allí. Es un filósofo.

En una habitación oscura, un hombre busca algo que no está allí y exclama: ¡Lo encontré!. Es un místico.

Soltar para aprender


Un aprendiz se acerca a su anciano maestro, experto en Kendo, el arte marcial japones de la espada. El joven aprendiz le pregunta cuánto tiempo necesitaría para dominar la espada.

—Diez años —le dijo el maestro.

—¡Diez años! ¡Es demasiado! ¡Jamás podré esperar tanto! —protestó el aprendiz.

—Entonces, veinte años —le dijo el maestro.

lunes, 31 de agosto de 2009

En las puertas del saber


2500 años después, la frase escrita en las puertas del Oráculo de Delfos sigue tan vigente como siempre. En este oráculo, templo consagrado al dios Apolo y reverenciado en el mundo griego como el lugar del ónfalos o centro del universo, buscadores de toda Grecia venían por respuestas, consultando allí a las Pitias o Pitonisas. Estoy seguro que 2500 años después está verdad seguirá inscrita en las puertas del saber humano:

Te advierto, quien quieras que fueres, ¡Oh! Tú que deseas sondear los arcanos de la naturaleza, que si no hallas dentro de ti mismo aquello que buscas, tampoco podrás hallarlo fuera. Si tú ignoras las excelencias de tu propia casa, ¿cómo pretendes encontrar otras excelencias? En ti se halla oculto el Tesoro de los Tesoros ¡Oh! Hombre, conócete a ti mismo y conocerás el universo y a los Dioses.

viernes, 28 de agosto de 2009

Leer en caso de emergencia

Cuando somos emboscados por la incredulidad y nos jala la inercia reduccionista newtoniana, esa zona de confort de la racionalidad occidental, es siempre necesario tener a la mano palabras como las siguientes del filósofo y psicólogo científico William James, que vuelven a llevarnos a los cabales de una mente abierta, sin doctrinas cientificistas que ahoguen cualquier posibilidad de ver otro horizonte:

Nuestra conciencia normal despierta,
conciencia racional como nosotros la llamamos,
no es más que un tipo especial de conciencia,
mientras a su alrededor,
separadas de ella por la más transparente de las películas,
existen formas potenciales de conciencia completamente diferentes.

Las variedades de la experiencia religiosa
William James

jueves, 27 de agosto de 2009

De las heridas y los demonios que las cuidan


Aunque hagas cien nudos la cuerda sigue siendo la misma. Rumi


Cuando el maniqueísmo y la exaltación de los opuestos se convierte en fundamento de la práctica terapéutica, tomando el mismo terapeuta el sitio de salvador al servicio de la Luz (en mayúscula), se deja de lado la posibilidad de aceptar al consultante como un todo complejo y rebosante de contradicciones, donde cohabitan multitud de expresiones y devenires de forma natural.

La propuesta terapéutica debe honrar lo bueno y no tan bueno que hemos vivido, mirar con respeto las heridas y los demonios que las cuidan, y con ello permitir que se integren a la totalidad de nuestro ser.

Hay que buscar una solución constructiva que pueda, entre otras cosas, darle voz y voto a aquello contra lo que nos peleamos, por que allí está el secreto de la sanación. Lo que más tememos es lo que más anhelamos. Abrazar lo excluido y marginado de nuestra historia es reconciliarse consigo mismo. Lo demás es solo una guerra civil sin ganadores.

El regreso al politeísmo


La diversidad es de por sí incluyente, la dualidad es de naturaleza excluyente. Al reducir nuestro discurso existencial a la dicotomía Luz / Sombra, Blanco / Negro, Positivo / Negativo, Belleza / Fealdad, Sujeto / Objeto, Observador / lo Observado, Bondad / Maldad… mutilamos la capacidad multifacética de nuestra naturaleza profunda, marginando nuestras posibilidades por los espejismos y condiciones del ego dual, afanado en su búsqueda de marcar sus fronteras.

Con la ilusión de los opuestos hemos limitado nuestro hacer vital a la confrontación de dos fuerzas, dos dioses que controlan nuestro devenir, dejando de lado cualquier otro tipo de expresión arquetípica.

La historia, bajo el paradigma maniqueo cristiano, ha generado una escalada bélica de opuestos, restringiendo las demás potencias arquetípicas que nos habitan, obligándolas a tomar un bando para ser vistas y, las que se mantienen en su “oposición a los opuestos”, son rechazadas y llevadas al fondo de nuestro averno personal. Nuestro mismo cuerpo termina por confirmar cómo estas fuerzas irreductibles salen de su confinamiento a través de la neurosis y el síntoma, manifestación de batallas donde los antagonistas anhelan resolverse, sin saber que su única salida es disolverse, uno con el otro, en el espejismo de su contradicción.

Quizás la salida sea retomar el politeísmo como un recurso expresivo de los dioses internos. Ya no solo serán dos fuerzas batallando por nuestra alma, son miles de posibilidades de manifestar creativamente nuestra naturaleza, bajo las formas más diversas, sin estar ninguna supeditada a otra bajo un rol moral.

Parafraseando a Wilber "la cuestión no es separar los opuestos sino unificarlos para descubrir un fundamento que los trascienda y abarque". Ya no habrán oposiciones donde resguardarse, solo manifestaciones de nuestras dinámicas que fluyen desde las dimensiones internas hacia la conciencia como un ecosistema vivo en permanente movimiento, un olimpo lleno de dioses y semidioses interactuando con la humanidad.

martes, 18 de agosto de 2009

Servicio y reclutamiento


Sanadores, terapeutas, chamanes, curanderos, médicos, todos creemos que escogemos nuestro oficio por obra y gracia de nuestra propia voluntad, intereses personales, oportunidades laborales o, en un sentido más grande, por designio divino. Al sumergirse en la dimensión sistémica, bajo la mirada de Constelaciones Familiares, nos encontramos que realmente todos somos reclutados por el sistema familiar para sanar, equilibrar y poner en orden los vínculos de nuestro linaje.

Los sanadores no escogemos estar al servicio, somos escogidos como forma de compensación dentro del sistema familiar, en la búsqueda de un orden al servicio de la vida, respondiendo el llamado de 7.500 generaciones de seres humanos que nos han precedido y corren aún por nuestras venas.

Ese deseo de servir con el que tanto nos identificamos solo es el resultado de una búsqueda de sanación reclamada desde el pasado familiar, y a la vez, somos la causa que reclama el equilibrio a las voces del pasado, en una relación de información circular del pasado al futuro y viceversa (bucle retroactivo). Frente al llamado de los ancestros solo queda bajar la cabeza y con la mano en el corazón honrar el espacio que han abierto para nosotros en este presente.

jueves, 13 de agosto de 2009

Yo solo cuido el camino


Cuando el consultante entró con El Profe Pablo García, buscando una sanación, luego de más de ocho horas de viaje hasta llegar a Huautla de Jiménez, en la Sierra Mazateca de México, las palabras con que mi maestro lo recibió fueron las siguientes:

“Los hongos hacen el trabajo. Los hongos te mostrarán las cosas que tú no quieres ver. Esa es la sanación que buscas. Yo solo cuido el camino. Lo de sanarte está en tus manos y en las de Dios.”

Algo relevante de este testimonio está en validar como el chamán no se identifica así mismo como hacedor / salvador, al contrario, su oficio se fundamenta en ser simple vehículo, canal o puente, espejo, facilitador, partero, etc.

Para él era importante que cuidáramos la fuerza del propio consultante, invitándonos siempre a estar atentos a nuestra soberbia sin menospreciar la dignidad, sensibilidad y autonomía del Otro, y lo más importante, sin quitarle al consultante la responsabilidad de que su sanación y equilibrio solo depende de él mismo.

Por otro lado, su testimonio guarda también una importante clave: La conciencia de ver más allá del síntoma y descubrir que la raíz de lo no resuelto es el mecanismo disparador de la sanación. Ver lo que antes no podíamos ver nos lleva a un lugar de conciencia diferente y desde allí el impulso natural de nuestra naturaleza dinámica nos pone de nuevo en movimiento, es decir, en el cambio, fundamento de la sanación.

(El Profesor Pablo García haciendo una limpia en el Cerro de Adoración, Nindó Tocosho, Huautla de Jiménez, Oaxaca, México).

martes, 11 de agosto de 2009

El espejear mágico


El poeta ve donde otros no ven. Ve lo que está allí, invisible tal vez por lo cotidiano; oculto porque oculta un misterio. Lo misterioso es algo que desaparece en las apariencias, algo que lo evidente hace invisible. El poeta toma lo aparente y lo transforma, lo lleva a otro ámbito y lo hace visible. El acto poético es un acto transformador del mundo.
Humberto Maturana Romesín


Conoce a tu rival.
Contempla su vida detenidamente
las historias que jamás se contarán de él
su bondad en la victoria
sus gestos en la derrota
el origen de sus virtudes
donde domesticó sus fuerzas
el primer látigo aleccionador.
Contempla las explosiones indóciles
de su temperamento
sus deseos inconclusos
sus odios enquistados
sus amores viscerales.

Conoce a tu rival.
Plántate frente al espejo.
Ataca.

Este poema que comparto lo escribí hace casi ya una década atrás en México y publicado en el libro HASTA AGOTAR LA EXISTENCIA, antología de nuevos poetas, Editorial Grupo Resistencia. Lo traigo a la memoria pensando en la práctica del espejear, ese ejercicio de observación y escucha de los dioses / fuerzas / voluntades que nos habitan. El quehacer del espejear nos alinea con aquel propósito más grande, incognocible pero sí intuible, que marca nuestro destino. Tanto el chamán como el terapeuta deben ser ese espejo vivo que refleja lo invisible para el consultante. En el ejercicio del espejear el acto de percibir se vuelve mágico, ya que lo que no es se manifiesta a los ojos del que no ve, en una experiencia directa de un mundo nuevo. En ese sentido poesía y magia se vinculan. Tezcatlipoca, dios tolteca, conocido como "el espejo humeante", señor de los Nahualli (magos), cargaba en su pecho un espejo de obsidiana (de allí su nombre), es el único de los dioses que entiende la naturaleza del mundo y lo que se oculta detrás de las apariencias. En su espejo se podía ver el verdadero sentido de cada acto y acción, pero solo los magos tenían la fortaleza para ver en su reflejo lo que determina nuestro destino. Los no preparados se perdían en la noche de la locura.

Yo no creo. Yo sé.

Esta es la respuesta que dio Jung cuando le preguntaron si creía en Dios. Anexo un video con reflexiones magistrales del filósofo y profesor Enrique Eskenazi, hablando de psicología profunda, el creer versus saber, el deseo y la realidad, entendida esta última como la más grande de las metáforas.

(Agredecimientos a David Londoño pr compartirlo).





viernes, 10 de julio de 2009

Polaridad Ritual


Siguiendo el tema del chamanismo mazateco, que muchos me han consultado, quisiera hacer mención de algo importante. Dentro de la mitología mazateca y sus ámbitos chamánicos, se pueden encontrar dos aspectos en el ejercicio ritual de los Chotachinés (hombres de sabiduría / conocimiento ) y Chinchinés (mujeres de sabiduría / conocimiento). Uno de ellos pone su trabajo al servicio de las fuerzas celestes y luminosas, buscando el favor de los poderes tutelares de alguna montaña o cañada (Chikones, entre ellos su principal representante, el Chikón Nindó, señor guerrerro de la montaña que habita el Nindó Tocosho) y el otro, a los poderes de la oscuridad y el inframundo, que aguardan en cuevas y cavernas (entre otros como el Chato, que se encuentra en una cueva cerca al Puente de Fierro, camino a Huautla). Quitándole el maniqueísmo cristiano (Bien vs. Mal) y el actual sincretismo de la cultura mazateca, los chamanes pueden servirse indistintamente de los dos aspectos como fuerzas benefactores y medio eficaz para cumplir los propósitos encomendados. No hay tabú en ello pero sí riesgos, ya que las solicitudes y pagos que pide cada uno son diametralmente opuestos; por ejemplo, al Chikón Nindó se le ofrendarán semillas de cacao y huevos de guajolote, pero el Chato exigirá vidas humanas.

Lo que verdaderamente quisiera recalcar, y no se menciona en ningún lugar por lo que me parece fundamental hacerlo, es la correcta forma de identificar a cual poder dedica sus servicios el Chotachiné al que se consulta, ya que ello depende de que el mismo consultante no termine siendo una víctima en vez de alguien auxiliado.

Los Chotachinés y Chinchinés al servicios de los poderes celestes y luminosos pondrán su altar hacia el oriente, hacia la salida del sol; es decir, cuando el chamán se coloca frente a éste debe quedar mirando hacia el Oriente. El altar se convierte así en una representación de los poderes solares, de la fertilidad, la vida y en últimas, como Jesús o Apolo, de la conciencia. Por el contrario, el altar que mira hacia el poniente habla de un chamán que está al servicio de los poderes del inframundo, crepusculares, nocturnos y demoniacos.

Las dinámicas a las que cualquiera se expone bajo un trabajo chamánico merece cuidar estos aspectos y no solo reducirlos a simples mitos, ya que debajo de las máscaras hay otras fuerzas desplegándose, o como dicen las abuelas “no hay que creer en brujas, pero que las hay las hay”.

(El Profesor Pablo García haciendo sus respetos en el Cerro de Adoración, el Nindó Tocosho).

sábado, 27 de junio de 2009

Mal Viaje y Buen Viaje

El viaje enteógeno, ese mirarse para adentro a través de las plantas de poder e incluso algunos químicos sintéticos, le abre la puerta a nuestros contenidos inconcientes y permite cruzar las fronteras de lo transpersonal y numinoso que nos habita. Allí, el cuidado responsable de sí mismos garantiza que, aquello que guardamos en nuestras profundidades, tenga la mejor forma de expresarse, ya que el enteógeno solo es un recurso para contactar nuestra fauna abisal, la cual no ha sido domesticada por los controles de la razón. Es por ello que ese aventurarse más allá de los límites de nuestro ego tiene un costo. Muchos lo pagan gratamente como parte de su proceso personal, pero para otros es una amenaza al confort de su propia ceguera.

Al romper los candados, permitimos que se desplieguen y reacomoden los contenidos concientes e inconcientes que estaban pulsando en desequilibrio. Este es un fenómeno normal como parte natural correctiva de la dinámica interna. Cada psiconauta experimentará el proceso según lo que necesite para sí mismo, sea alcanzar estados de trascendencia, unidad y lucidez imposibles para la conciencia normal (Buen Viaje) o hasta el acomodo involuntario de heridas reprimidas o experiencias no integradas en la totalidad del ser (Mal Viaje). Bajo una mirada más amplia la crisis psicótica y el Mal Viaje, que pudiera experimentarse bajo los efectos del enteógeno, más que una distorsión patológica a la que hay que resistirse, solo es parte de una búsqueda de integración de las tendencias reprimidas que pesan y llevan al desequilibrio.

El reordenamiento de los contenidos internos es parte del viaje enteógeno. Si le quitamos la lectura maniquea del Buen Viaje y Mal Viaje, y nos permitimos, sin resistencias, trascender las angustias de la pérdida de control, podemos regresar más completos, menos fragmentados. Las plantas de poder o enteógenas son ante todo medicina para el alma, remedio para el ser.

martes, 9 de junio de 2009

Búsquedas y expectativas


Parafraseando un poema del escritor chino y filósofo taoista, Deng Ming-Dao, aprovecho para pasar revista a esos anhelos con que los buscadores de su propia verdad se llegan a topar. Espejismos y abalorios que confunden un camino que, muchos creen, termina en una plétora de plenitud y bendiciones. El camino solo es.



El genio de inteligencia superior no ha llegado.
La fuerza titánica no ha llegado.
Las visitas de los dioses no han llegado.
La liberación del cansancio no ha llegado.
El fin de las enojosas molestias no ha llegado.
La fama no ha llegado.
La ilimitada comprensión de los demás no ha llegado.
Los Poderes no han llegado.
La habilidad para curar espontáneamente no ha llegado.
El don de la profecía perfecta no ha llegado.
Ninguna de estas cosas han llegado,
Sin embargo, no puedo abandonar el camino del Espíritu.

Deng Ming-Dao

martes, 2 de junio de 2009

Inmersión en los territorios inconcientes


A petición de algunos lectores busqué, con un ejemplo muy didáctico, describir cómo es la inmersión en los territorios inconcientes del otro, es decir, eso que llamamos chamanizar. Es un caso bastante sencillo pero elocuente de cómo se puede entender la biografía de una persona a través de la geografía que se vislumbra dentro del propio viaje enteógeno. El relato que a continuación describo es parte de un viaje más largo, que incluye facetas más profundas, pero el aparte sirve a los fines antes descritos.

Una mujer me consultó para tratar su miedo al rechazo y un patológico deseo de complacer a los demás, sobre todo a la propia pareja. Trabajé con la mujer sirviéndome de los hongos, los cuales los dos ingerimos. En el viaje enteógeno vi una niña de cinco años jugando sola y triste en un cuatro lleno de juguetes con formas fantásticas. Le pregunté a la niña qué le pasaba y me dijo que su mamá no estaba.

Concientemente le pregunté a la consultante que le había pasado a los cinco años y me dijo que su hermana había nacido. Esa pregunta y su propia respuesta le dio un insight sobre un sentimiento de abandono que había sentido por parte de su madre, el cual había reprimido todos estos años, (corroboré posteriormente que su madre había tenido que estar inmovilizada en los últimos meses de embarazo por complicaciones) detonándole en ese momento un llanto catártico que se alargó por varios minutos hasta alcanzar un estado de paz profunda. Imágenes de cascadas y ríos turbulentos acompañaron el llanto, las aguas alborotadas fueron amainando su fuerza lentamente mientras hablaba con ellas solicitando su apaciguamiento. Al sumergirme una vez más en el viaje enteógeno pude ver la metáfora de la integración de la experiencia, cuando veo que la niña se despide de mí, bastante complacida, llevada de la mano de una mujer que carga un bebe a la espalda a la manera indígena, las tres cruzan una puerta y salen a un exterior luminoso.

La intervención generalmente es más literal y profunda, trabajando directamente en la metáfora y la imaginería animista que el otro abre al vincularnos dentro de la experiencia enteógena, todo depende del asunto a trabajar. En este caso se resolvió la experiencia no resuelta sin tanta mediación. Igual, todo resultó en un cambio paradigmático de la mujer, la cual que no volvió a recaer en las angustias de un posible rechazo afectivo o sus miedos anticipatorios de una ruptura con su pareja.

Tu biografía hace tu geografía

Sirviéndonos del paradigma de Caroline Myss “tu biografía hace tu biología”, podemos llevarla hasta decir que “tu biografía hace tu geografía”. Esta imagen nos ayuda a definir el trasegar chamánico como un recorrido vivo por los paisajes internos del inconsciente y su historia, territorio que nos vincula con todos, con todo y el Todo. Sólo al sumergirnos concientemente dentro de los fenómenos propios y/o los ajenos (como labor de servicio) nos es posible percibir su verdadera dimensión y su impacto en nuestra vida.

Esta naturaleza inaprensible del inconsciente nos impide hacer mapas definitivos para los territorios más profundos del alma pero podemos guiarnos a través de sus rasgos más accidentados. Allí los símbolos e imágenes arquetípicas nos permiten desenredar la madeja de cada alma en su búsqueda de sanación, integración y transformación. Guiándonos a través de estas señales podemos explorar los orígenes de cada padecimiento. Metáforas míticas que reflejan desde trastornos perinatales, traumas infantiles, experiencia no integradas, etc. o ya sus manifestaciones físicas somatizadas a través de desequilibrios orgánicos.

Cuando comenzamos a adentramos más en el inconsciente y logramos contactar alguno de sus habitantes, nos comunicamos con ellos, transmitimos sus mensajes o integramos armoniosamente al conjunto de la existencia, podemos vislumbrar que lo que pensábamos como un viaje interior es realmente una exploración a dimensiones superiores que nos trascienden, donde el conocimiento que nos es dado allí es manifestado muchas veces independientemente de lo que conocemos, somos y sabemos. Al entrar salimos y viceversa. Esto debe suponer un cambio en el concepto de lo que pensamos como el mundo interior, definido como un escenario dramático limitado a las neurosis personales.

Pero al seguir profundizando vemos que el inconsciente es mucho más que una puerta que comunica dos universos, que él nunca había separado nada, que somos seres inconcientes en la ilusión de una conciencia yoica y que las metáforas míticas se vivencian diriamente interior como exteriormente. El explorar los sustratos más profundos de lo que creemos que somos nos ayuda a entender que no hay ningún tipo de cortina divisoria entre los que llamamos el mundo interior subjetivo y exterior fenomenológico. Las correlaciones entre uno y otro todos los días definen nuestra mirada del mundo. Solo por nuestra afirmación en el ego hemos sabido separar lo que es y de lo que no. El Doctor Hofmann lo señala muy bien al explicar que bajo un estado místico la realidad se revela con otro aspecto mayor y “la frontera erigida por nuestro intelecto entre el yo y el mundo exterior se disuelve, y el espacio interior y exterior se funden entre sí”.

Lo importante es señalar que al sumergirnos en nuestro ser profundo y contactamos los ecosistemas abisales del reino transpersonal, emergemos sabiendo que en el universo la dimensión mítica y la real coexisten sin contradicciones, superponiéndose una a la otra sin que ni siquiera nos demos cuenta. Experimentar esto nos da una perspectiva más amplia de nuestra vida, haciendo de nuestra existencia un chamanizar constante.

martes, 26 de mayo de 2009

Neo-Chamanismo y simulación

Tengo graves discrepancias con el termino Neo-chamanismo. ¿Se puede rescatar la cosmovisión y las prácticas rituales de los pueblos originarios y re-situarse y reproducirse en contextos occidentales? No creo. Lo que saldrá de ello son reproducciones, copias, imitaciones lejanas del verdadero contenido del ritual, ya que el practicante es ajeno, no pertenece al cuerpo cultural de donde se extrae la técnica, no se comparte el campo de información de ese mundo, la mayoría de las veces ni siquiera se comparte el idioma. Es imposible que una persona, que no haya vivido inmersa en la cosmovisión particular de una cultura y tradición, pueda integrar todas las facetas del fenómeno. Sabrá la técnica ya que bien repetirá la receta del libro, pero el resultado será otro, no el original. El chamanismo no es de saberes (así se ve desde la visión positivista y cartesiana del tema, reduciéndolo bajo la mirada occidental) es de experiencias, de lo contrario se venderían ya hace rato títulos en la universidad.

Lo que abundan en cada esquina son falsas reproducciones de saberes ajenos, como si el leer un libro de chamanismo, vestirse a la manera indicada, colgarse el collar adecuado, comprarse una pipa ceremonial, tabaco y luego hacer un ritual a Wakan Tanka, siguiendo estrictamente la receta indicada, se pudiera experimentar lo que experimenta un Lakota. ¿Es posible? No creo. Se llegará a algo, sí, pero diferente, nunca al sentido original, ya que se está inmerso en otras significancias, otros campo de información y Memes. Sabiendo que las cargas del símbolo son puro contenido inconciente, tratar de integrarlas desde mi razón y conciencia es campo estéril. El significado de la cruz para un maya quiché es diferente para un católico. ¿Puedo sentir lo que él siente cuando la veo? No.

Se podrá aprender del mismísimo Don Juan Matus (personaje fundamental en el tema neo-chamánico) pero el resultado de las prácticas serán otros. Se obtendrá una reinterpretación con un resultado y sentido diferente. Por más que se repita las palabras precisas, con la genuflexión indicada, todo terminará en otra cosa y lugar. En ese reinterpretar se convierte en un falsear sin contenido. Distorsión irrespetuosa del verdadero ritual. Eso para mí es la pena de tanta hambre espiritual.

He visto que algunos “neo-chamanes” hacer cócteles de diferentes tradiciones y servirse, simultáneamente, de diferentes plantas enteogénicas (!) para su ritual de búsqueda de Dios. Ahí comienza el error ya que el chamanismo es una técnica experiencial, con fines prácticos (curación, consulta oracular, conciliación, etc.). Si alguien quiere buscar a Dios, “pues que vaya a la iglesia”, como decía María Sabina, hablando sobre los hippies que la perseguían en Oaxaca.

Para mí, ese enfoque desvirtúa groseramente el sentido original de la tradición, le quita su verdadero poder, por más que se reproduzca a pie de juntillas desde el manual. Un extranjero puede practicar el chamanismo como modelo de autoconocimiento pero nunca conectará con el sentido original del ritual. En la traducción se pierde, y cuando hablamos de palabras de poder se pierde ese mismo poder que se busca.

Hasta creo que es ofensivo para la tradición original creer que esta se puede “adquirir”. Repito, no es desde la razón que el chamanizar cobra sentido, es un hacer desde el ser, no desde la razón. Aunque el Neo-chamán se vaya de tour al amazonas peruano y se quede un par de meses haciendo dieta con el chamán Shipibo, no regresará chamán Shipibo. Te lo puedo asegurar.

Este artículo es comentario al blog del psicólogo Matías Méndez sobre el Sentido del Neo-Chamanismo (http://enteogena.blogspot.com/2009/05/el-sentido-del-neo-chamanismo.html).

martes, 19 de mayo de 2009

Hoja de la Pastora

El uso de la Salvia Divinorum u Hoja de la Pastora, bajo la tradición mazateca, sigue el mismo modelo de la velada mazateca con hongos. La preparación del altar, la consagración de las 16, 21 o 52 pares de hojas en la copalera, la presentación de los participantes a los poderes tutelares y a la misma planta, el canto y la labor meditativa en la oscuridad son fundamentales para el buen viaje enteogénico.

Por el contrario, por la corta duración de la experiencia (hasta 3 horas luego de una ingestión de hojas frescas), su uso se aplica para trabajos particulares totalmente claros para el consultante. Entre estos fines concretos está, por ejemplo, la adivinación y el recurso oracular, para encontrar cosas perdidas, saber el estado de algo o alguien a distancia, encontrar remedios específicos a dolencias, dar respuesta a preguntas, etc.

En mi experiencia el viaje enteogénico es mas vistoso y brillante que con los hongos; se puede llegar a conectar fácilmente con manifestaciones arquetípicas, con las cuales se puede conversar como en un sueño ( a ellos se les consulta), pero de forma muy vívida; las sensaciones corporales anómalas, como la dislocación de las extremidades puede agudizarse y ser atemorizante para el que no está en control; el viaje a otras realidades o espacios míticos no requiere gran pericia. La planta trata bonito y es una gran facilitadora de temas prácticos, por ello su importancia en la cultura mazateca, sirviendo de ayuda y acompañamiento a los maestros de estos usos.

viernes, 15 de mayo de 2009

Psicopompos

Así iban las almas estridentes todas juntas y las conducía Hermes, el Benéfico, por los sombríos senderos. Traspusieron las corrientes de Océano y la Roca Leúcade y atravesaron las puertas de Helios y el pueblo de los Sueños, y pronto llegaron a un prado de asfódelo donde habitan las almas, imágenes de los difuntos.
CANTO XXIV, La Odisea, Homero.


Uno de los temas más apasionantes, en mi experiencia con el ámbito chamánico, es la del chamán como Psychopompos (de psyche "alma" y pompos, "guía"). Para mí, está es una labores fundamentales de la práctica chamánica y el refinamiento de esta habilidad marca la diferencia entre los maestros y sus aprendices. Como mediador e interlocutor entre los diferentes planos de conciencia o realidades, el chamán desarrolla destrezas para manejarse a través de estos ámbitos sutiles, sin menoscabo de su integridad física, mental y espiritual. Esta facultad, le permite ejercer una de sus funciones básicas como servidor de la sociedad, que es la de conducir, rescatar, acompañar, cuidar y orientar las almas que están en dichas dimensiones cósmicas o estados espirituales.

Diferentes personajes míticos han actuado como psicopompos o guías de almas, ayudándoles a los muertos a encontrar su camino hasta el Inframundo, o traen los sueños a los vivos y hasta rescatan almas de aquellos reinos para volver a encarnarlas en este plano. Entre los más conocidos están Hermes, Anubis, Morfeo, Perséfone, Pan; o el Ángel de la Muerte, conocido como Azrael por los judíos e Izrail por los musulmanes y Mordad entre los persas; también se representa como el Ángel Gabriel, Baldr en la mitología nórdica, la Muerte con su guadaña, los Shinigami japoneses o las Valkirias germánicas. Todos ellos custodian las entradas a los mundos sutiles inferiores o superiores, según el destino del alma. Como mediadores entre dioses y hombres, vinculan ámbitos psíquicos, pudiendo crear puentes entre las pulsiones inconscientes, las tensiones somáticas y la conciencia, para bien del consultante.

Ahora, lograr sumergirse en los ámbitos transpersonales ajenos, es decir, en las regiones inconcientes y espirituales del propio consultante, y rescatar de allí lo que está fragmentado o no integrado, es un ejercicio de impecabilidad personal que requiere una gran pericia. La habilidad para reconocer los contenidos propios de los ajenos y navegar como psiconauta, entre diferentes planos de conciencia hasta ir a la médula del conflicto no resuelto del otro, requiere años de trabajo personal y pulcritud en la práctica. En el chamanismo mazateco se busca alcanzar un total refinamiento en las incursiones a los otros mundos, buscando en cada viaje afinar la capacidad de orientación y el discernimiento, que cuida al consultante de perderse entre las realidades míticas que allí se movilizan y al propio Chotachine (Chota-a T chinée, del mazateco Hombre de Conocimiento) de involucrase emocionalmente con los contenidos ajenos.

Por supuesto y aclarando, este ejercicio no es una metáfora de una labor terapéutica tradicional, al contrario, uno realmente se sumerge en los contenidos inconcientes del otro y hay un encuentro conciencia-chamán en inconciente-consultante, donde la biografía del otro se hace geografía y se recorren sus dominios simbólicos hasta traer a la luz lo perdido. Todo, gracias a la ceremonia enteogénica y las enseñanzas de los grandes Chotachines, que han guardado estas técnicas por cientos de años.

martes, 12 de mayo de 2009

El miedo a la locura



La perdida de control, el desorden cerebral, la alteración cognitiva, la inmersión en los delirios (del latín delirare, que significaba para los agricultores romanos "desviado del surco recto"), cualquier cosa que amenace la norma y el salirse del sistema religioso-económico-cultural imperante, es tachado como demente. Si el comportamiento no es aceptado lo reducimos a enfermedad. Los poderes de turno demandan que la irracionalidad debe “eliminarse”. Dando a entender que cualquier fenómeno anormal es aberrante. Nos venden que nos cuidemos de cualquier cosa que lleva a la persona al borde de su razón, tanto que el mismo individuo ya no puede decidir qué hacer o dejar de hacer criminalizando la propia libertad de elegir, por ejemplo, el tomar un alucinógeno o un enteógeno (algo fundamental en las culturas originales para la estabilidad emocional dentro del marco social).

El nuevo tratado inquisitorial llamado DSM-IV (Manual diagnóstico y estadístico de los trastornos mentales), cada día cataloga y crea nuevos trastornos y enfermedades, dándole qué comer a miles de psiquiatras, investigadores clínicos y laboratorios, que por supuesto, ya tendrán su medicamento que regresará al perturbado al seno de sociedad. Para el filósofo francés Foucault los hospitales psiquiátricos, las prisiones, las escuelas y los centros de reclutamiento manejan el mismo lenguaje de poder coercitivo, criminalizando y excluyendo todo lo que no sea permitido, y donde unos pocos tienen el poder de excluir al individuo de la sociedad y determinar las condiciones de su admisión en ella.

Rescato los conceptos de antipsiquiatría el de que la enfermedad mental es una invención oportunista y opresiva de la sociedad. La familia y la sociedad, después de perturbar a ciertos sujetos, los declara enfermos y los reduce con el tratamiento. Se les tacha de peligrosos y los mantiene vigilados o confinados por la posibilidad de la autolesión o el intento de homicidio; si es así quisiera saber si hay más asesinos esquizofrénicos que normales.

Les dejo con un video de Terence McKenna, estudioso del chamanismo y de los estados alterados de conciencia. Antes de su muerte, en el 2000, McKenna fundó Botanical Dimensions, una organización sin ánimo de lucro dedicada a preservar plantas de tradición chamánica del Amazonas en Hawaii.

Entheogen. Un documental sobre el despertar interno



Este documental nos invita a redescubrir un cosmos encantado en el mundo moderno, despertando lo que hay sagrado en nosotros.
La película examina las emergencias de las técnicas arcaicas de éxtasis en el mundo moderno, desde la ola de ecología y despertar evolutivo, la música electrónica trance, el tecno-chamanismo, festivales orgiásticos, retorno a ritos iniciáticos y la reevaluación farmacológica de los componentes de los enteógenos.
En el documental participan grandes figuras del tema enteogénico y lo transpersonal como Stanislaw Grof, Marilyn Schlitz, Ralph Metzner, Alex Grey, Terrence McKenna, John Markoff, Daniel Pinchbeck, Kat y Harrison, entre otros.

Todo un regalo que nos invita a salir de nuestra modorra existencial y encumbrarnos a la nueva etapa de nuestra realización como seres humanos.

Más información en http://entheogen.tv/index.php

martes, 5 de mayo de 2009

Batallas en el desierto y ayahuasca


Lo que se resiste, persiste.

No os resistáis al mal... (Mateo 5:39).


Tengo a un amigo que cada semana toma ayahuasca como parte de sus aprendizajes siguiendo las enseñanzas de su Taita del Valle del Sibundoy, en el putumayo colombiano, ese bello lugar en el sur de Colombia que Richard E. Schultes sacó a la luz por sus plantas medicinales y saberes ancestrales.

En estos momentos está persona está pasando por un atascamiento en su proceso, el cual se evidencia en la reiterada aparición de escenas con un fondo común: la lucha de él contra personificaciones del mal, de lo negativo, de lo maligno. Los escenarios de batallas campales se repiten y su anhelo de aniquilar a su antagonista es una constante que no le ha permitido avanzar. Me cuenta que puede irse en su viaje enteógeo a desiertos donde es atacado por demonios, al mejor estilo de San Antonio, o hasta termina en escenarios de la segunda guerra mundial enfrentando nazis de Luger en mano. Panteras y murciélagos lo asolan pero el continúa en pie de lucha sin ceder nunca un milímetro.

Lo que se revela en su testimonio es que gracias a la medicina enteógena ha podido traspasar las barreras del ego y se ha encontrado con su propia Sombra, la gran antagonista que nos muestra que aquello que tanto odiamos de los otros también nos habita. Esta persona, en su búsqueda de sí mismo, a través de los aprendizajes chamánicos, se ha empeñado en refinar aspectos como la rectitud, la humildad, la entrega, el servicio, etc. y los otros aspectos que no se ajustan a su ideal han sido rechazados y reprimidos, y con ello ha nutrido de hostilidad su Sombra, que lucha ahora por integrarse como parte de un todo que la requiere para ser unidad.

Todo ello lo está llevando a su fragmentación. Si entendiera que pueden unirse los opuestos dentro de sí mismo saldría de su atolladero. Si dejara de resistirse a estos aspectos y los viera como parte natural de todo ser humano se liberaría. Romper la cadena de repudio hacia las propias inclinaciones e instintos dejaría sin carga las explosiones de hostilidad que manifiesta interiormente. De lo contrario la batalla emergerá a través de un síntoma o un trastorno hasta por fin ser integrada luego de un penoso peregrinaje. Se debe aceptar la propia naturaleza en toda su complejidad. Mi amigo y maestro oaxaqueño, el Profe Pablo García, nos decía sobre la persecución de ideales: “uno nació hombre y morirá hombre”.

Asumir lo negado, vincularse con lo excluido, reconciliarse con lo rechazado, es la única salida. Nunca alcanzaremos salir del conflicto si nuestra búsqueda del bien se fundamenta en la derrota del mal. Este es el regalo que le muestra a mi amigo el remedio enteógeno.

lunes, 4 de mayo de 2009

¿Somos pequeños o grandes?



Cómo les encanta a los físicos y estudiosos de las ciencias naturales que perdamos todo capacidad de asombro cuando nos machacan que no somos nada más que partículas insignificantes, girando en una mota de polvo azul alrededor de una intrascendente estrella, en una miserable esquina de un conglomerado irrelevante de estrellas, en la esquina más lejana de una galaxia cualquiera, que se pierde dentro de un grupo de cientos de galaxias, que se mueven dentro de un universo con miles de millones de galaxias, y que seguramente no es el único universo, sino hay múltiples en múltiples dimensiones. En resumen, y como lo decía un comentarista de un blog de ciencia “somos una mierda, diminuta, pero mierda al fin y al cabo”.

Cuando estas personas desprecian su pequeñez y se agita una angustia existencial frente a lo magnitud del universo, esto solo deja ver una sensación regresiva de miedo, cuando veíamos a nuestros padres como seres titánicos a los que había que temer. Nuestra indefensión y fragilidad frente a los adultos, en especial a sus maltratos, deja secuelas que luego se pueden expresar a través de estas verbalizaciones.

Sería recomendable que todos pudiéramos integrar esos aspectos escindidos y no minimizar nuestra naturaleza, sino entender que no siendo el centro del universo, tengamos la capacidad de maravillarnos y contemplar la belleza que se abre ante nuestros ojos en una noche estrellada. Estas magnitudes no nos deben acomplejar sino al contrario, nos deben invitar al asombro y lo principal, a ser algo de nosotros en ese corto lapso de vida que tenemos a nuestro paso por el universo. Y como decía el poeta Walt Whitman “Para mí, una brizna de hierba no vale menos que la tarea diurna de las estrellas”.

sábado, 2 de mayo de 2009

Vivir en tiempos de Influenza

Comparto un interesante documento escrito por nuestra amiga Catherine Fauconnier (su entrevista está en el link del título), que precisa la significación biológica del síntoma de la Influenza Porcina:

Sigo activa en la reflexión y la concientización de la situación de influenza, y como varios de ustedes me lo pidieron, les comparto mi campo de acción. Mi enfoque principal es la biología. No voy a abordar el enfoque simbólico o arquetipal, solo biológico.

¿Qué está pasando hoy? No hablaré del trasfondo político y social. Creo que tuvimos muchos mails para enterarnos de las dinámicas ocultas que se vislumbran atrás de las medidas tomadas desde la primera noticia oficial de la influenza, y cada quien verá lo que más corresponde a su sentir al respecto.

El punto central: Es importante entrar en la lógica del síntoma, su significación biológica. Estar en el antiguo paradigma es hablar del “virus” como un enemigo a combatir y eliminar. Hasta ahora he leído todo tipo de interpretaciones: virus creado por laboratorios que conspiran, arma química de complot, polvo cósmico, puerta abierta para el cambio al amor, etc.

Un virus primeramente es una secuencia genética. No se puede reproducir solo. No es autónomo. Es decir que provoca proliferación celular de las células que lo albergan (que infestan según los presupuestos de antes). Es una respuesta programada y lógica de parte del organismo que lo hospeda, no un invasor, corresponde a una necesidad. El virus que nos corresponde hoy es una combinación: apareció en las aves domesticas, en el momento que las exigencias de la producción industrial las hacían crecer como cosas y no como seres vivos. Luego sucedió lo mismo para los puercos, y ahora nos toca a nosotros como especie humana, en la ciudad de México.

Su función es de rellenar cavidades, crear tejido, en especial: parchar los bronquios. A esto se dedica, específicamente. Es una respuesta a una ulceración de los conductos bronquiales. Es decir que solamente ver y atender la proliferación viral con sus síntomas asociados es ver la mitad de lo que está pasando, digamos técnicamente limitarse a considerar solamente la fase 2 de la enfermedad, el proceso de reparación.

La fase 1 empieza en el momento donde se dispara el conflicto, hasta que encontremos una solución. La fase 1 es lo que vivimos en la Ciudad de México, como también en muchos otros sitios en el mundo. Es un estrés, un conflicto de miedo, de susto, en nuestro territorio de vida. ¿Dónde puedo vivir? ¿Con la contaminación, los narcos, la violencia, los asaltos, los secuestros, el estrés laboral, la crisis económica, los problemas sociales? Es difícil encontrar una seguridad, y si la estoy creando en mi hogar, cada vez que abro la televisión entra como una invasión todo el discurso que refleja: “no tienes lugar seguro en este mundo de locura y violencia’, con las imágenes de muerte.

El cuerpo es nuestra herramienta perfecta: soluciona lo que la persona no tiene consciente o no actúa. La respuesta biológica de sobrevivencia es de aumentar la capacidad de captar aire en los bronquios, abriendo el diámetro de los conductos bronquiales, con ulceraciones en la pared de los tubos, con el propósito que pase más aire. Esto hacemos en México. Es nuestra adaptación. Puede haber otra: si el miedo es tan fuerte que la persona vea su muerte, la adaptación sería desarrollar proliferación celular del tejido pulmonar, para asimilar más aire directamente, se llama cáncer pulmonar.

Entonces nosotros tenemos un estado de estrés, de meses o años, y unos bronquios alterados. Si sigue la situación exterior (o la imagen que se hace de ella, percibiendo el mundo como un peligro), el cuerpo se va agotar, o puede que entre bronquitis, pulmonía, y todas las enfermedades respiratorias asociadas. Si el organismo está sobre-solicitado (en la simpaticotonía durante largo tiempo), la enfermedad (en la vagotonía) rebasa la capacidad de reparación, y la persona se puede morir en este intento de sanar, o en la epicrisis (una palabra técnica que habla de una recapitulación del estado de estrés, en medio de la fase de recuperación, donde todos los síntomas de la primera fase reaparecen, antes de continuar el proceso de reparación y de cicatrización). Este es la ley de selección de la naturaleza. El individuo que se agotó buscando una solución, sin resultado, no sirve para la especie, no es suficientemente eficaz en su proceso de resolver los conflictos, es el precio de la rigidez (o de la desinformación).

Ahora, según el cambio de paradigma de la nueva medicina, el conjunto de micobacterias, bacterias y viruses son nuestro equipo de reparadores y limpiadores (claro que a nuestro servicio, con una cantidad controlada y tolerable para el estado del organismo). Tenemos tantas bacterias simbióticas, la primera que conocen es Escherichia Coli, que nos ayuda en el sistema digestivo, pero son millones más, a veces activas, a veces latentes, lo seguro es que las tenemos adentro, y no afuera del organismo. Son especializadas. Para que los bronquios puedan entrar en un proceso de reparación necesitan un virus adaptado este terreno histológico. Como los pollos que no tenían lugar para vivir en las granjas industriales donde comen sus propios excrementos y a veces viven tan apretados que ni tocan el suelo, como los puerquitos hacinados, cada especie desarrolla su organismo reparador para la situación precisa. Los bronquios son tejido ectodérmicos, necesitan un virus. En el caso de tumor pulmonar, se necesita la micobacteria de la tuberculosis.

Desarrollar la enfermedad de la influenza es la fase de reparación de un conflicto agudo sobre nuestro territorio vital (también puede ser simbólico: la casa, la pareja, el trabajo, un lugar en la sociedad). Este virus lo creamos como especie humana, recombinando material genético aviar y porcino, para corresponder a esta situación de estrés nueva. Los genes no son “autistas”, se moldean y se adaptan para encontrar nuevos modos de sobrevivencia. Con la inflamación, el edema, la calentura, el “parche” tisular que provoca la proliferación del virus, el cuerpo puede poco a poco restablecer el equilibrio metabólico y cicatrizar. Claro que esto es medicina, no se trata aquí de automedicarse ni confiar en las estrellas u otras creencias. Es importante atenderse adecuadamente en esta segunda fase, acompañar la calentura, controlar los edemas y los síntomas que se puedan presentar, aliviar el dolor, checar si el cuadro se complica con el estado anterior de salud o una situación especial. Lo ideal para hacerlo es en un lugar cómodo, y bien acompañado, con un sentimiento de seguridad y confianza, sabiendo que el cuerpo, en lugar de ser atacado, se regenera.

Para el síntoma de la gripe “normal”, congestión de las vías nasales, es más sencillo. Un conflicto de que algo “huele mal”, y la solución viral es sencilla, provoca edema, flujo, para lavar las vías respiratorias altas. Por esto, estornudar es tan ‘contagioso’, es una reacción. Si hay miedo, todo el mundo genera esto, más miedo si mi reacción ante un estornudo es alejarme. Me quiero separar de esta sensación, porque no lo suporto. En términos biológicos para nariz y rinofaringes es conflicto de separación.

El trasfondo histórico y cultural:

Ahora, ¿cuál es la sensibilidad especial de México? ¿El “para que” de esta expresión del conflicto? Un poco de historia nos enseña que la última epidemia de influenza apareció justo al final de la revolución, tan letal para los mexicanos. Proceso de reparación, ante la situación de guerra civil, donde cada bando arrasaba con la población, invadiendo su territorio y acaparando sus recursos.

Más atrás vemos los estragos virales que diezmaron a la población indígena en la conquista. Fallecieron los hombres jóvenes, no las mujeres, niños, ancianos. (Según el paradigma anterior: los más vulnerables no fueron los que murieron). Por la sencilla razón que son ellos que vivían el conflicto más fuerte de susto y miedo en su “territorio”: la conquista les quitó sus tierras, sus familias, sus mujeres, sus recursos. Algo similar ocurre ahora. Los que más sufren de la situación, son los adultos jóvenes, que comienzan en el mundo social y laboral, buscando su lugar, y los adultos que deben defender a su familia de la inseguridad bajo todas sus formas, las mujeres que buscan salir delante en una sociedad agresiva. La mortandad de ahora corresponde a personas de 20 a 50 años.

México es un país de conquista, de colonia, de invasiones repetitivas, de despojos, y cada vez, se reactiva este conflicto (este es la parte transgeneracional) con la misma herramienta de sobrevivencia, enfermedad con segunda fase de reparación con un virus asociado. Podemos intuir sobre el devenir internacional de este conflicto. Con la inquietud, la psicosis crece el conflicto, y de manera simétrica, crece la respuesta orgánica. También en muchos países las personas no sienten que tienen un lugar para vivir, desarrollarse. Pueden ser en los países donde guerras y miseria imperan, pero también en los países desarrollados cuando se sienten perdidos, insatisfechos, sin rumbo. Es el terreno fértil para este tipo de respuesta biológica personal.

Los recursos que se están usado hoy:

Las medidas de seguridad y contingencia que hoy nos rigen tienen sus pros y sus contras.

- Los pros: existe una autoridad, existen límites. La sociedad se une en una meta común. Sin juicios. Todo lo que refleja seguridad es una buena solución para el conflicto: “me siento con tranquilidad en mi territorio”. Todos los mecanismos sociales que contienen a la populación, impiden que desborde una situación en un caos que pudiera rebasar los límites de asimilación del sistema, son útiles. Favorecen la resolución del conflicto.

- Los contras: la sociedad es atomizada. Cada persona vive, sola, con la imagen del miedo, de la psicosis, como en una guerra con un enemigo potente. Salir es un peligro, ya no se puede abrazar a su prójimo, ni besar a sus amigos, ni enseñar la cara al mundo, ni ver una sonrisa en el rostro de los que cruzamos en la calle. El metro esconde los peores monstruos, reunirse tiene consecuencias fatales. El mundo entero se vuelve un invasor. Y si escapo a esta sensación recreando un nido en mi hogar, abrir cualquier medio de comunicación como la tele o el radio es abrir la puerta otra vez al susto. No tengo lugar, el conflicto se incrementa, también su solución, el número de “infectados” crece, y con este mecanismo de propagación del miedo, se pude volver mundial. Es posible que en un futuro se asocien miedos a tener un lugar en tiempos de crisis económica, en tiempos de catástrofes naturales, de desastre ecológico. El “para que” del virus queda claro. En la historia las epidemias son asociadas a los grandes cambios. La solución es adaptarse a la nueva situación con responsabilidad, antes que el cuerpo proponga una respuesta que nos pueda rebasar.

Lo que podemos hacer hoy:

- Disminuir el impacto del conflicto, que no sea vivido en la soledad, primero. Es importante comunicar, expresar, crear, actuar, hacer redes de consciencia o de apoyo, no quedarse aislado. Si no puede salir por respetar las medidas de contingencia, existe el teléfono, internet, comunicación entre las personas que viven bajo el mismo techo. La tonalidad es: hablar. En la medida que hable, actúe, el cuerpo se tranquiliza, la parte inconsciente no se vuelve tan importante, y el cuerpo no se dispara de la misma manera, porque siente que “alguien”, ya está al cargo, al mando, y dirige el barco emocional en una dirección elegida.

- Cuidar los otros conflictos que pueda tener, y trabajarlos. Es una manera de liberar el cuerpo de otras cargas. Es nuestra responsabilidad de, primero, descubrir cuáles son nuestras necesidades, y luego, los medios para atenderlas.

- Cuidar si hay reactivación posible de un conflicto de territorio anterior (con un jefe, con un hermano, con un trabajo, etc...), y trabajarlo. También hacer esta indagación con los conflictos de separación.

- Reconocer cual es “su” territorio, delimitarlo, cuidarlo, ponerle sus límites claros (también reconocer el territorio del otro y sus límites). En este lugar, implantar su aceptación, su goce, su bien estar. Desarrollar un lugar de seguridad y cuidarlo. Puede ser su casa, su relación, su proceso, un lugar geográfico o interno en su mente o corazón, lo importante es reconocerlo. ¿Se acuerdan de la búsqueda del lugar del aprendiz de Castaneda? Tiene que encontrar su lugar en un cuarto, piensa que es fácil, pero por fin pasa toda la noche buscando, hasta el momento que “elige” estar en “su lugar”.

- Ser conscientes de los conflictos subyacentes. Ahora estamos en la onda de choque de la influenza. Esto opaca la onda de choque de la parte económica y social, ya están en puerta. Implementar estrategias (una de ellas es buscar fuentes diferentes para generar prosperidad, puede ser con monedas alternativas).

- Acompañarse adecuadamente en la fase 2, que corresponde a la etapa viral, en caso que la tengan, siguiendo las reglas sociales y médicas vigentes. Los medicamentos, si, sirven, no para aplastar un enemigo exterior, pero para modular las respuestas del organismo..

- Observarse y ser coherente para bajar su nivel de estrés, así la enfermedad (reparación) tiene síntomas menos fuertes.. Agradecer su cuerpo de todas sus reacciones, sabiéndolo escuchar, es información valiosa que nos permite resolver las situaciones de crecimiento que nos presenta la vida

- Darse valor para cambiar, en este mundo cambiante antes que nuestro cuerpo nos lo pida gritos. Responsabilizarse.

Después de esta reflexión compartida, quedo a su servicio para aclarar dudas, intercambiar ideas, implementar acciones, crear esta red colectiva de inteligencia donde cada uno tiene su buen lugar. Confío en la creatividad de cada uno, y en la creatividad que podamos desarrollar como grupo.

Catherine

A México, 1° de mayo 2009