martes, 26 de mayo de 2009

Neo-Chamanismo y simulación

Tengo graves discrepancias con el termino Neo-chamanismo. ¿Se puede rescatar la cosmovisión y las prácticas rituales de los pueblos originarios y re-situarse y reproducirse en contextos occidentales? No creo. Lo que saldrá de ello son reproducciones, copias, imitaciones lejanas del verdadero contenido del ritual, ya que el practicante es ajeno, no pertenece al cuerpo cultural de donde se extrae la técnica, no se comparte el campo de información de ese mundo, la mayoría de las veces ni siquiera se comparte el idioma. Es imposible que una persona, que no haya vivido inmersa en la cosmovisión particular de una cultura y tradición, pueda integrar todas las facetas del fenómeno. Sabrá la técnica ya que bien repetirá la receta del libro, pero el resultado será otro, no el original. El chamanismo no es de saberes (así se ve desde la visión positivista y cartesiana del tema, reduciéndolo bajo la mirada occidental) es de experiencias, de lo contrario se venderían ya hace rato títulos en la universidad.

Lo que abundan en cada esquina son falsas reproducciones de saberes ajenos, como si el leer un libro de chamanismo, vestirse a la manera indicada, colgarse el collar adecuado, comprarse una pipa ceremonial, tabaco y luego hacer un ritual a Wakan Tanka, siguiendo estrictamente la receta indicada, se pudiera experimentar lo que experimenta un Lakota. ¿Es posible? No creo. Se llegará a algo, sí, pero diferente, nunca al sentido original, ya que se está inmerso en otras significancias, otros campo de información y Memes. Sabiendo que las cargas del símbolo son puro contenido inconciente, tratar de integrarlas desde mi razón y conciencia es campo estéril. El significado de la cruz para un maya quiché es diferente para un católico. ¿Puedo sentir lo que él siente cuando la veo? No.

Se podrá aprender del mismísimo Don Juan Matus (personaje fundamental en el tema neo-chamánico) pero el resultado de las prácticas serán otros. Se obtendrá una reinterpretación con un resultado y sentido diferente. Por más que se repita las palabras precisas, con la genuflexión indicada, todo terminará en otra cosa y lugar. En ese reinterpretar se convierte en un falsear sin contenido. Distorsión irrespetuosa del verdadero ritual. Eso para mí es la pena de tanta hambre espiritual.

He visto que algunos “neo-chamanes” hacer cócteles de diferentes tradiciones y servirse, simultáneamente, de diferentes plantas enteogénicas (!) para su ritual de búsqueda de Dios. Ahí comienza el error ya que el chamanismo es una técnica experiencial, con fines prácticos (curación, consulta oracular, conciliación, etc.). Si alguien quiere buscar a Dios, “pues que vaya a la iglesia”, como decía María Sabina, hablando sobre los hippies que la perseguían en Oaxaca.

Para mí, ese enfoque desvirtúa groseramente el sentido original de la tradición, le quita su verdadero poder, por más que se reproduzca a pie de juntillas desde el manual. Un extranjero puede practicar el chamanismo como modelo de autoconocimiento pero nunca conectará con el sentido original del ritual. En la traducción se pierde, y cuando hablamos de palabras de poder se pierde ese mismo poder que se busca.

Hasta creo que es ofensivo para la tradición original creer que esta se puede “adquirir”. Repito, no es desde la razón que el chamanizar cobra sentido, es un hacer desde el ser, no desde la razón. Aunque el Neo-chamán se vaya de tour al amazonas peruano y se quede un par de meses haciendo dieta con el chamán Shipibo, no regresará chamán Shipibo. Te lo puedo asegurar.

Este artículo es comentario al blog del psicólogo Matías Méndez sobre el Sentido del Neo-Chamanismo (http://enteogena.blogspot.com/2009/05/el-sentido-del-neo-chamanismo.html).

martes, 19 de mayo de 2009

Hoja de la Pastora

El uso de la Salvia Divinorum u Hoja de la Pastora, bajo la tradición mazateca, sigue el mismo modelo de la velada mazateca con hongos. La preparación del altar, la consagración de las 16, 21 o 52 pares de hojas en la copalera, la presentación de los participantes a los poderes tutelares y a la misma planta, el canto y la labor meditativa en la oscuridad son fundamentales para el buen viaje enteogénico.

Por el contrario, por la corta duración de la experiencia (hasta 3 horas luego de una ingestión de hojas frescas), su uso se aplica para trabajos particulares totalmente claros para el consultante. Entre estos fines concretos está, por ejemplo, la adivinación y el recurso oracular, para encontrar cosas perdidas, saber el estado de algo o alguien a distancia, encontrar remedios específicos a dolencias, dar respuesta a preguntas, etc.

En mi experiencia el viaje enteogénico es mas vistoso y brillante que con los hongos; se puede llegar a conectar fácilmente con manifestaciones arquetípicas, con las cuales se puede conversar como en un sueño ( a ellos se les consulta), pero de forma muy vívida; las sensaciones corporales anómalas, como la dislocación de las extremidades puede agudizarse y ser atemorizante para el que no está en control; el viaje a otras realidades o espacios míticos no requiere gran pericia. La planta trata bonito y es una gran facilitadora de temas prácticos, por ello su importancia en la cultura mazateca, sirviendo de ayuda y acompañamiento a los maestros de estos usos.

viernes, 15 de mayo de 2009

Psicopompos

Así iban las almas estridentes todas juntas y las conducía Hermes, el Benéfico, por los sombríos senderos. Traspusieron las corrientes de Océano y la Roca Leúcade y atravesaron las puertas de Helios y el pueblo de los Sueños, y pronto llegaron a un prado de asfódelo donde habitan las almas, imágenes de los difuntos.
CANTO XXIV, La Odisea, Homero.


Uno de los temas más apasionantes, en mi experiencia con el ámbito chamánico, es la del chamán como Psychopompos (de psyche "alma" y pompos, "guía"). Para mí, está es una labores fundamentales de la práctica chamánica y el refinamiento de esta habilidad marca la diferencia entre los maestros y sus aprendices. Como mediador e interlocutor entre los diferentes planos de conciencia o realidades, el chamán desarrolla destrezas para manejarse a través de estos ámbitos sutiles, sin menoscabo de su integridad física, mental y espiritual. Esta facultad, le permite ejercer una de sus funciones básicas como servidor de la sociedad, que es la de conducir, rescatar, acompañar, cuidar y orientar las almas que están en dichas dimensiones cósmicas o estados espirituales.

Diferentes personajes míticos han actuado como psicopompos o guías de almas, ayudándoles a los muertos a encontrar su camino hasta el Inframundo, o traen los sueños a los vivos y hasta rescatan almas de aquellos reinos para volver a encarnarlas en este plano. Entre los más conocidos están Hermes, Anubis, Morfeo, Perséfone, Pan; o el Ángel de la Muerte, conocido como Azrael por los judíos e Izrail por los musulmanes y Mordad entre los persas; también se representa como el Ángel Gabriel, Baldr en la mitología nórdica, la Muerte con su guadaña, los Shinigami japoneses o las Valkirias germánicas. Todos ellos custodian las entradas a los mundos sutiles inferiores o superiores, según el destino del alma. Como mediadores entre dioses y hombres, vinculan ámbitos psíquicos, pudiendo crear puentes entre las pulsiones inconscientes, las tensiones somáticas y la conciencia, para bien del consultante.

Ahora, lograr sumergirse en los ámbitos transpersonales ajenos, es decir, en las regiones inconcientes y espirituales del propio consultante, y rescatar de allí lo que está fragmentado o no integrado, es un ejercicio de impecabilidad personal que requiere una gran pericia. La habilidad para reconocer los contenidos propios de los ajenos y navegar como psiconauta, entre diferentes planos de conciencia hasta ir a la médula del conflicto no resuelto del otro, requiere años de trabajo personal y pulcritud en la práctica. En el chamanismo mazateco se busca alcanzar un total refinamiento en las incursiones a los otros mundos, buscando en cada viaje afinar la capacidad de orientación y el discernimiento, que cuida al consultante de perderse entre las realidades míticas que allí se movilizan y al propio Chotachine (Chota-a T chinée, del mazateco Hombre de Conocimiento) de involucrase emocionalmente con los contenidos ajenos.

Por supuesto y aclarando, este ejercicio no es una metáfora de una labor terapéutica tradicional, al contrario, uno realmente se sumerge en los contenidos inconcientes del otro y hay un encuentro conciencia-chamán en inconciente-consultante, donde la biografía del otro se hace geografía y se recorren sus dominios simbólicos hasta traer a la luz lo perdido. Todo, gracias a la ceremonia enteogénica y las enseñanzas de los grandes Chotachines, que han guardado estas técnicas por cientos de años.

martes, 12 de mayo de 2009

El miedo a la locura



La perdida de control, el desorden cerebral, la alteración cognitiva, la inmersión en los delirios (del latín delirare, que significaba para los agricultores romanos "desviado del surco recto"), cualquier cosa que amenace la norma y el salirse del sistema religioso-económico-cultural imperante, es tachado como demente. Si el comportamiento no es aceptado lo reducimos a enfermedad. Los poderes de turno demandan que la irracionalidad debe “eliminarse”. Dando a entender que cualquier fenómeno anormal es aberrante. Nos venden que nos cuidemos de cualquier cosa que lleva a la persona al borde de su razón, tanto que el mismo individuo ya no puede decidir qué hacer o dejar de hacer criminalizando la propia libertad de elegir, por ejemplo, el tomar un alucinógeno o un enteógeno (algo fundamental en las culturas originales para la estabilidad emocional dentro del marco social).

El nuevo tratado inquisitorial llamado DSM-IV (Manual diagnóstico y estadístico de los trastornos mentales), cada día cataloga y crea nuevos trastornos y enfermedades, dándole qué comer a miles de psiquiatras, investigadores clínicos y laboratorios, que por supuesto, ya tendrán su medicamento que regresará al perturbado al seno de sociedad. Para el filósofo francés Foucault los hospitales psiquiátricos, las prisiones, las escuelas y los centros de reclutamiento manejan el mismo lenguaje de poder coercitivo, criminalizando y excluyendo todo lo que no sea permitido, y donde unos pocos tienen el poder de excluir al individuo de la sociedad y determinar las condiciones de su admisión en ella.

Rescato los conceptos de antipsiquiatría el de que la enfermedad mental es una invención oportunista y opresiva de la sociedad. La familia y la sociedad, después de perturbar a ciertos sujetos, los declara enfermos y los reduce con el tratamiento. Se les tacha de peligrosos y los mantiene vigilados o confinados por la posibilidad de la autolesión o el intento de homicidio; si es así quisiera saber si hay más asesinos esquizofrénicos que normales.

Les dejo con un video de Terence McKenna, estudioso del chamanismo y de los estados alterados de conciencia. Antes de su muerte, en el 2000, McKenna fundó Botanical Dimensions, una organización sin ánimo de lucro dedicada a preservar plantas de tradición chamánica del Amazonas en Hawaii.

Entheogen. Un documental sobre el despertar interno



Este documental nos invita a redescubrir un cosmos encantado en el mundo moderno, despertando lo que hay sagrado en nosotros.
La película examina las emergencias de las técnicas arcaicas de éxtasis en el mundo moderno, desde la ola de ecología y despertar evolutivo, la música electrónica trance, el tecno-chamanismo, festivales orgiásticos, retorno a ritos iniciáticos y la reevaluación farmacológica de los componentes de los enteógenos.
En el documental participan grandes figuras del tema enteogénico y lo transpersonal como Stanislaw Grof, Marilyn Schlitz, Ralph Metzner, Alex Grey, Terrence McKenna, John Markoff, Daniel Pinchbeck, Kat y Harrison, entre otros.

Todo un regalo que nos invita a salir de nuestra modorra existencial y encumbrarnos a la nueva etapa de nuestra realización como seres humanos.

Más información en http://entheogen.tv/index.php

martes, 5 de mayo de 2009

Batallas en el desierto y ayahuasca


Lo que se resiste, persiste.

No os resistáis al mal... (Mateo 5:39).


Tengo a un amigo que cada semana toma ayahuasca como parte de sus aprendizajes siguiendo las enseñanzas de su Taita del Valle del Sibundoy, en el putumayo colombiano, ese bello lugar en el sur de Colombia que Richard E. Schultes sacó a la luz por sus plantas medicinales y saberes ancestrales.

En estos momentos está persona está pasando por un atascamiento en su proceso, el cual se evidencia en la reiterada aparición de escenas con un fondo común: la lucha de él contra personificaciones del mal, de lo negativo, de lo maligno. Los escenarios de batallas campales se repiten y su anhelo de aniquilar a su antagonista es una constante que no le ha permitido avanzar. Me cuenta que puede irse en su viaje enteógeo a desiertos donde es atacado por demonios, al mejor estilo de San Antonio, o hasta termina en escenarios de la segunda guerra mundial enfrentando nazis de Luger en mano. Panteras y murciélagos lo asolan pero el continúa en pie de lucha sin ceder nunca un milímetro.

Lo que se revela en su testimonio es que gracias a la medicina enteógena ha podido traspasar las barreras del ego y se ha encontrado con su propia Sombra, la gran antagonista que nos muestra que aquello que tanto odiamos de los otros también nos habita. Esta persona, en su búsqueda de sí mismo, a través de los aprendizajes chamánicos, se ha empeñado en refinar aspectos como la rectitud, la humildad, la entrega, el servicio, etc. y los otros aspectos que no se ajustan a su ideal han sido rechazados y reprimidos, y con ello ha nutrido de hostilidad su Sombra, que lucha ahora por integrarse como parte de un todo que la requiere para ser unidad.

Todo ello lo está llevando a su fragmentación. Si entendiera que pueden unirse los opuestos dentro de sí mismo saldría de su atolladero. Si dejara de resistirse a estos aspectos y los viera como parte natural de todo ser humano se liberaría. Romper la cadena de repudio hacia las propias inclinaciones e instintos dejaría sin carga las explosiones de hostilidad que manifiesta interiormente. De lo contrario la batalla emergerá a través de un síntoma o un trastorno hasta por fin ser integrada luego de un penoso peregrinaje. Se debe aceptar la propia naturaleza en toda su complejidad. Mi amigo y maestro oaxaqueño, el Profe Pablo García, nos decía sobre la persecución de ideales: “uno nació hombre y morirá hombre”.

Asumir lo negado, vincularse con lo excluido, reconciliarse con lo rechazado, es la única salida. Nunca alcanzaremos salir del conflicto si nuestra búsqueda del bien se fundamenta en la derrota del mal. Este es el regalo que le muestra a mi amigo el remedio enteógeno.

lunes, 4 de mayo de 2009

¿Somos pequeños o grandes?



Cómo les encanta a los físicos y estudiosos de las ciencias naturales que perdamos todo capacidad de asombro cuando nos machacan que no somos nada más que partículas insignificantes, girando en una mota de polvo azul alrededor de una intrascendente estrella, en una miserable esquina de un conglomerado irrelevante de estrellas, en la esquina más lejana de una galaxia cualquiera, que se pierde dentro de un grupo de cientos de galaxias, que se mueven dentro de un universo con miles de millones de galaxias, y que seguramente no es el único universo, sino hay múltiples en múltiples dimensiones. En resumen, y como lo decía un comentarista de un blog de ciencia “somos una mierda, diminuta, pero mierda al fin y al cabo”.

Cuando estas personas desprecian su pequeñez y se agita una angustia existencial frente a lo magnitud del universo, esto solo deja ver una sensación regresiva de miedo, cuando veíamos a nuestros padres como seres titánicos a los que había que temer. Nuestra indefensión y fragilidad frente a los adultos, en especial a sus maltratos, deja secuelas que luego se pueden expresar a través de estas verbalizaciones.

Sería recomendable que todos pudiéramos integrar esos aspectos escindidos y no minimizar nuestra naturaleza, sino entender que no siendo el centro del universo, tengamos la capacidad de maravillarnos y contemplar la belleza que se abre ante nuestros ojos en una noche estrellada. Estas magnitudes no nos deben acomplejar sino al contrario, nos deben invitar al asombro y lo principal, a ser algo de nosotros en ese corto lapso de vida que tenemos a nuestro paso por el universo. Y como decía el poeta Walt Whitman “Para mí, una brizna de hierba no vale menos que la tarea diurna de las estrellas”.

sábado, 2 de mayo de 2009

Vivir en tiempos de Influenza

Comparto un interesante documento escrito por nuestra amiga Catherine Fauconnier (su entrevista está en el link del título), que precisa la significación biológica del síntoma de la Influenza Porcina:

Sigo activa en la reflexión y la concientización de la situación de influenza, y como varios de ustedes me lo pidieron, les comparto mi campo de acción. Mi enfoque principal es la biología. No voy a abordar el enfoque simbólico o arquetipal, solo biológico.

¿Qué está pasando hoy? No hablaré del trasfondo político y social. Creo que tuvimos muchos mails para enterarnos de las dinámicas ocultas que se vislumbran atrás de las medidas tomadas desde la primera noticia oficial de la influenza, y cada quien verá lo que más corresponde a su sentir al respecto.

El punto central: Es importante entrar en la lógica del síntoma, su significación biológica. Estar en el antiguo paradigma es hablar del “virus” como un enemigo a combatir y eliminar. Hasta ahora he leído todo tipo de interpretaciones: virus creado por laboratorios que conspiran, arma química de complot, polvo cósmico, puerta abierta para el cambio al amor, etc.

Un virus primeramente es una secuencia genética. No se puede reproducir solo. No es autónomo. Es decir que provoca proliferación celular de las células que lo albergan (que infestan según los presupuestos de antes). Es una respuesta programada y lógica de parte del organismo que lo hospeda, no un invasor, corresponde a una necesidad. El virus que nos corresponde hoy es una combinación: apareció en las aves domesticas, en el momento que las exigencias de la producción industrial las hacían crecer como cosas y no como seres vivos. Luego sucedió lo mismo para los puercos, y ahora nos toca a nosotros como especie humana, en la ciudad de México.

Su función es de rellenar cavidades, crear tejido, en especial: parchar los bronquios. A esto se dedica, específicamente. Es una respuesta a una ulceración de los conductos bronquiales. Es decir que solamente ver y atender la proliferación viral con sus síntomas asociados es ver la mitad de lo que está pasando, digamos técnicamente limitarse a considerar solamente la fase 2 de la enfermedad, el proceso de reparación.

La fase 1 empieza en el momento donde se dispara el conflicto, hasta que encontremos una solución. La fase 1 es lo que vivimos en la Ciudad de México, como también en muchos otros sitios en el mundo. Es un estrés, un conflicto de miedo, de susto, en nuestro territorio de vida. ¿Dónde puedo vivir? ¿Con la contaminación, los narcos, la violencia, los asaltos, los secuestros, el estrés laboral, la crisis económica, los problemas sociales? Es difícil encontrar una seguridad, y si la estoy creando en mi hogar, cada vez que abro la televisión entra como una invasión todo el discurso que refleja: “no tienes lugar seguro en este mundo de locura y violencia’, con las imágenes de muerte.

El cuerpo es nuestra herramienta perfecta: soluciona lo que la persona no tiene consciente o no actúa. La respuesta biológica de sobrevivencia es de aumentar la capacidad de captar aire en los bronquios, abriendo el diámetro de los conductos bronquiales, con ulceraciones en la pared de los tubos, con el propósito que pase más aire. Esto hacemos en México. Es nuestra adaptación. Puede haber otra: si el miedo es tan fuerte que la persona vea su muerte, la adaptación sería desarrollar proliferación celular del tejido pulmonar, para asimilar más aire directamente, se llama cáncer pulmonar.

Entonces nosotros tenemos un estado de estrés, de meses o años, y unos bronquios alterados. Si sigue la situación exterior (o la imagen que se hace de ella, percibiendo el mundo como un peligro), el cuerpo se va agotar, o puede que entre bronquitis, pulmonía, y todas las enfermedades respiratorias asociadas. Si el organismo está sobre-solicitado (en la simpaticotonía durante largo tiempo), la enfermedad (en la vagotonía) rebasa la capacidad de reparación, y la persona se puede morir en este intento de sanar, o en la epicrisis (una palabra técnica que habla de una recapitulación del estado de estrés, en medio de la fase de recuperación, donde todos los síntomas de la primera fase reaparecen, antes de continuar el proceso de reparación y de cicatrización). Este es la ley de selección de la naturaleza. El individuo que se agotó buscando una solución, sin resultado, no sirve para la especie, no es suficientemente eficaz en su proceso de resolver los conflictos, es el precio de la rigidez (o de la desinformación).

Ahora, según el cambio de paradigma de la nueva medicina, el conjunto de micobacterias, bacterias y viruses son nuestro equipo de reparadores y limpiadores (claro que a nuestro servicio, con una cantidad controlada y tolerable para el estado del organismo). Tenemos tantas bacterias simbióticas, la primera que conocen es Escherichia Coli, que nos ayuda en el sistema digestivo, pero son millones más, a veces activas, a veces latentes, lo seguro es que las tenemos adentro, y no afuera del organismo. Son especializadas. Para que los bronquios puedan entrar en un proceso de reparación necesitan un virus adaptado este terreno histológico. Como los pollos que no tenían lugar para vivir en las granjas industriales donde comen sus propios excrementos y a veces viven tan apretados que ni tocan el suelo, como los puerquitos hacinados, cada especie desarrolla su organismo reparador para la situación precisa. Los bronquios son tejido ectodérmicos, necesitan un virus. En el caso de tumor pulmonar, se necesita la micobacteria de la tuberculosis.

Desarrollar la enfermedad de la influenza es la fase de reparación de un conflicto agudo sobre nuestro territorio vital (también puede ser simbólico: la casa, la pareja, el trabajo, un lugar en la sociedad). Este virus lo creamos como especie humana, recombinando material genético aviar y porcino, para corresponder a esta situación de estrés nueva. Los genes no son “autistas”, se moldean y se adaptan para encontrar nuevos modos de sobrevivencia. Con la inflamación, el edema, la calentura, el “parche” tisular que provoca la proliferación del virus, el cuerpo puede poco a poco restablecer el equilibrio metabólico y cicatrizar. Claro que esto es medicina, no se trata aquí de automedicarse ni confiar en las estrellas u otras creencias. Es importante atenderse adecuadamente en esta segunda fase, acompañar la calentura, controlar los edemas y los síntomas que se puedan presentar, aliviar el dolor, checar si el cuadro se complica con el estado anterior de salud o una situación especial. Lo ideal para hacerlo es en un lugar cómodo, y bien acompañado, con un sentimiento de seguridad y confianza, sabiendo que el cuerpo, en lugar de ser atacado, se regenera.

Para el síntoma de la gripe “normal”, congestión de las vías nasales, es más sencillo. Un conflicto de que algo “huele mal”, y la solución viral es sencilla, provoca edema, flujo, para lavar las vías respiratorias altas. Por esto, estornudar es tan ‘contagioso’, es una reacción. Si hay miedo, todo el mundo genera esto, más miedo si mi reacción ante un estornudo es alejarme. Me quiero separar de esta sensación, porque no lo suporto. En términos biológicos para nariz y rinofaringes es conflicto de separación.

El trasfondo histórico y cultural:

Ahora, ¿cuál es la sensibilidad especial de México? ¿El “para que” de esta expresión del conflicto? Un poco de historia nos enseña que la última epidemia de influenza apareció justo al final de la revolución, tan letal para los mexicanos. Proceso de reparación, ante la situación de guerra civil, donde cada bando arrasaba con la población, invadiendo su territorio y acaparando sus recursos.

Más atrás vemos los estragos virales que diezmaron a la población indígena en la conquista. Fallecieron los hombres jóvenes, no las mujeres, niños, ancianos. (Según el paradigma anterior: los más vulnerables no fueron los que murieron). Por la sencilla razón que son ellos que vivían el conflicto más fuerte de susto y miedo en su “territorio”: la conquista les quitó sus tierras, sus familias, sus mujeres, sus recursos. Algo similar ocurre ahora. Los que más sufren de la situación, son los adultos jóvenes, que comienzan en el mundo social y laboral, buscando su lugar, y los adultos que deben defender a su familia de la inseguridad bajo todas sus formas, las mujeres que buscan salir delante en una sociedad agresiva. La mortandad de ahora corresponde a personas de 20 a 50 años.

México es un país de conquista, de colonia, de invasiones repetitivas, de despojos, y cada vez, se reactiva este conflicto (este es la parte transgeneracional) con la misma herramienta de sobrevivencia, enfermedad con segunda fase de reparación con un virus asociado. Podemos intuir sobre el devenir internacional de este conflicto. Con la inquietud, la psicosis crece el conflicto, y de manera simétrica, crece la respuesta orgánica. También en muchos países las personas no sienten que tienen un lugar para vivir, desarrollarse. Pueden ser en los países donde guerras y miseria imperan, pero también en los países desarrollados cuando se sienten perdidos, insatisfechos, sin rumbo. Es el terreno fértil para este tipo de respuesta biológica personal.

Los recursos que se están usado hoy:

Las medidas de seguridad y contingencia que hoy nos rigen tienen sus pros y sus contras.

- Los pros: existe una autoridad, existen límites. La sociedad se une en una meta común. Sin juicios. Todo lo que refleja seguridad es una buena solución para el conflicto: “me siento con tranquilidad en mi territorio”. Todos los mecanismos sociales que contienen a la populación, impiden que desborde una situación en un caos que pudiera rebasar los límites de asimilación del sistema, son útiles. Favorecen la resolución del conflicto.

- Los contras: la sociedad es atomizada. Cada persona vive, sola, con la imagen del miedo, de la psicosis, como en una guerra con un enemigo potente. Salir es un peligro, ya no se puede abrazar a su prójimo, ni besar a sus amigos, ni enseñar la cara al mundo, ni ver una sonrisa en el rostro de los que cruzamos en la calle. El metro esconde los peores monstruos, reunirse tiene consecuencias fatales. El mundo entero se vuelve un invasor. Y si escapo a esta sensación recreando un nido en mi hogar, abrir cualquier medio de comunicación como la tele o el radio es abrir la puerta otra vez al susto. No tengo lugar, el conflicto se incrementa, también su solución, el número de “infectados” crece, y con este mecanismo de propagación del miedo, se pude volver mundial. Es posible que en un futuro se asocien miedos a tener un lugar en tiempos de crisis económica, en tiempos de catástrofes naturales, de desastre ecológico. El “para que” del virus queda claro. En la historia las epidemias son asociadas a los grandes cambios. La solución es adaptarse a la nueva situación con responsabilidad, antes que el cuerpo proponga una respuesta que nos pueda rebasar.

Lo que podemos hacer hoy:

- Disminuir el impacto del conflicto, que no sea vivido en la soledad, primero. Es importante comunicar, expresar, crear, actuar, hacer redes de consciencia o de apoyo, no quedarse aislado. Si no puede salir por respetar las medidas de contingencia, existe el teléfono, internet, comunicación entre las personas que viven bajo el mismo techo. La tonalidad es: hablar. En la medida que hable, actúe, el cuerpo se tranquiliza, la parte inconsciente no se vuelve tan importante, y el cuerpo no se dispara de la misma manera, porque siente que “alguien”, ya está al cargo, al mando, y dirige el barco emocional en una dirección elegida.

- Cuidar los otros conflictos que pueda tener, y trabajarlos. Es una manera de liberar el cuerpo de otras cargas. Es nuestra responsabilidad de, primero, descubrir cuáles son nuestras necesidades, y luego, los medios para atenderlas.

- Cuidar si hay reactivación posible de un conflicto de territorio anterior (con un jefe, con un hermano, con un trabajo, etc...), y trabajarlo. También hacer esta indagación con los conflictos de separación.

- Reconocer cual es “su” territorio, delimitarlo, cuidarlo, ponerle sus límites claros (también reconocer el territorio del otro y sus límites). En este lugar, implantar su aceptación, su goce, su bien estar. Desarrollar un lugar de seguridad y cuidarlo. Puede ser su casa, su relación, su proceso, un lugar geográfico o interno en su mente o corazón, lo importante es reconocerlo. ¿Se acuerdan de la búsqueda del lugar del aprendiz de Castaneda? Tiene que encontrar su lugar en un cuarto, piensa que es fácil, pero por fin pasa toda la noche buscando, hasta el momento que “elige” estar en “su lugar”.

- Ser conscientes de los conflictos subyacentes. Ahora estamos en la onda de choque de la influenza. Esto opaca la onda de choque de la parte económica y social, ya están en puerta. Implementar estrategias (una de ellas es buscar fuentes diferentes para generar prosperidad, puede ser con monedas alternativas).

- Acompañarse adecuadamente en la fase 2, que corresponde a la etapa viral, en caso que la tengan, siguiendo las reglas sociales y médicas vigentes. Los medicamentos, si, sirven, no para aplastar un enemigo exterior, pero para modular las respuestas del organismo..

- Observarse y ser coherente para bajar su nivel de estrés, así la enfermedad (reparación) tiene síntomas menos fuertes.. Agradecer su cuerpo de todas sus reacciones, sabiéndolo escuchar, es información valiosa que nos permite resolver las situaciones de crecimiento que nos presenta la vida

- Darse valor para cambiar, en este mundo cambiante antes que nuestro cuerpo nos lo pida gritos. Responsabilizarse.

Después de esta reflexión compartida, quedo a su servicio para aclarar dudas, intercambiar ideas, implementar acciones, crear esta red colectiva de inteligencia donde cada uno tiene su buen lugar. Confío en la creatividad de cada uno, y en la creatividad que podamos desarrollar como grupo.

Catherine

A México, 1° de mayo 2009

Lo Pre-Personal vs. Lo Trans-Personal

Blogueando con Matías Méndez (http://enteogena.blogspot.com) sobre el blog “Una iluminación accidental” (http://centroluminoso.blogspot.com/2009/04/una-iluminacion-accidental.html) surgió la duda de si un evento como el vivido por esta científica puede considerarse un estado ampliado de conciencia en un nivel Trans-personal (más allá del yo), o por el contrario, solo es una pérdida momentánea de las barreras del yo pero en un nivel pre-personal (anterior al yo). Dónde esta la frontera que separa una experiencia regresiva de conciencia oceánica neonatal de un estado místico de fusión con el Todo. Una confusión que Wilber llama la falacia pre-trans.

Una experiencia regresiva Pre-Personal puede reconocerse por algunos rasgos; entre ellos están la lógica mágica con que la persona entiende ese momento el mundo (imaginería fantástica, amuletos, armas arcaicas u futuristas, ovnis, seres titánicos, etc.); o la activación de un estado preverbal temprano, con incapacidad para hablar, balbuceos, reflejo de succión, bloqueo sensorial del mundo exterior; disminución de la función cognitiva para la formación de conceptos y reconocimiento de objetos, símbolos, letras; distorsión alucinatoria del cuerpo y los sentidos; perdida de control de esfínter; conciencia oceánica, es decir, la no separación entre la persona y el afuera; entre algunas de las experiencias más comunes.

Por el contrario la experiencia Trans-Personal puede reconocerse en la fusión con el afuera (naturaleza, cosmos, Dios, etc) pero manteniendo un sentido de individualidad o la fusión sujeto-objeto (muy parecido a la conciencia oceánica) que conlleva posteriormente a una mayor integración social; la inefabilidad de la experiencia que va más allá del pensamiento discursivo; nóesis, es decir, aprehensión del conocimiento puro de forma directa; éxtasis divino o iluminativo, que posteriormente permite entender que la voluntad está sujeta a algo mayor que el propio ego; de plenitud física y psíquica; entre otras.

Las experiencias Trans-Personales o Cumbre, como Maslow las llamaba, pueden asociarse a un estado místico que “conduce a una transformación permanente de la psique hacia la totalidad, la salud y la autorrealización.” (Owens). La experiencia Trans genera una nueva visión tanto de sí mismo como de las relaciones con el otro, por lo que no se regresa a la neurosis anterior ni se refuerza, sino se cambia, se amplia, se integra, se fusiona, para un resultado transformador radical.

Wilber habla de las experiencias Trans diciendo: “Estas experiencias pueden proporcionar una sensación de sentido y objetivo a nuestra vida, pueden ayudarnos a superar crisis existenciales y despertar en nosotros una preocupación compasiva por la humanidad y el planeta. También evidencias la existencia de un amplio abanico de posibilidades humanas y nos sugieren que ciertas emociones, motivaciones, capacidades cognitivas y estados de conciencia pueden ser cultivados y refinados hasta grados mucho más elevados has lo ahora considerado normal (Wilber, 1994) .

En mi opinión todas las emergencias psico-espirituales, sean experimentadas como Pre o Trans son recursos con los que nuestra propia naturaleza se sirve para hacer un cambio en búsqueda de su transformación, según las capacidades de cada persona. Por otro lado y en mis experiencias he podido constatar como lo Pre y lo Trans va emergiendo, sin superponerse o traslaparse bajo una lógica superior que solo tiene sentido para sí misma. En ese orden todas son positivas y sanadoras si son bien integradas posteriormente.

(Imagen: Pintura del curandero peruano Pablo Amaringo).

viernes, 1 de mayo de 2009

Sobre pandemias y manipulación

Otro punto de vista. otro argumento. El control, el miedo, la sumisión. Las masas como niños amedrentados.