miércoles, 29 de octubre de 2008

La tendencia supera el escepticismo

Las terapias complementarias siguen abriéndose paso pese al escepticismo feroz de algunos médicos alópatas. Encontré estos números en el Centro Ohani de Chile, ya tienen una década pero marca como viene la tendencia:

En 1997 los norteamericanos hicieron 627 millones de visitas a terapeutas de medicinas alternativas y gastaron US$ 27 billones de dólares de su propio bolsillo para pagar una terapia alternativa. En contraste, sólo efectuaron 386 millones de visitas a sus médicos de cabecera.

Investigaciones estadísticas realizadas por la Escuela de Medicina de Harvard, estimaron que una de cada dos personas en los Estados Unidos, entre 35 y 49 años de edad, utilizó a lo menos una terapia alternativa en 1997. Esto constituye un crecimiento de 47,3% con respecto a 1990. Esto es elocuente en revelar que la población en gran medida no está satisfecha con los resultados en salud obtenidos mediante la medicina alopática oficial, y busca con avidez otras posibilidades.

En Australia el 57% de la población utiliza en la actualidad algún tipo de medicina alternativa; en Alemania lo hace el 46%; y en Francia el 49%. El crecimiento de algunos tipos de terapias alternativas es verdaderamente significativo. Entre 1991 y 1997 el uso de hierbas medicinales o fitoterapia creció en Estados Unidos por sobre el 380%, y el uso de medicina ortomolecular o terapia de vitaminas lo hizo en un 130%.

Para terminar algo fundamental, para todos aquellos que buscan una alternativa con la Sanación es importante comprender que ninguna terapia complementaria puede sustituir los tratamientos de medicina alopática. Por ello deben trabajar en tandem (Alopático + Holístico) buscando integrar las dos disciplinas en pro de cada persona tratada.

La elección de un profesional de medicina complementaria

Extraje estas preguntas clave recomendadas por el Centro Nacional de Medicina Complementaria y Alternativa (NCCAM, por sus siglas en inglés) de Estados Unidos para los interesados en buscar una solución que no se reduzca a la salud física sino a su bienestar integral:

- Si busca un profesional de medicina complementaria y alternativa, hable con su médico de cabecera o el profesional médico que lo atiende sobre el tratamiento de medicina complementaria y alternativa en el que usted está interesado.
- Pida recomendaciones para el tipo de profesional de medicina complementaria y alternativa que busca.
- Haga una lista de profesionales de medicina complementaria y alternativa y reúna información sobre cada uno de ellos antes de pedir hora para su primera consulta. Hágales preguntas básicas sobre sus credenciales y su práctica. ¿Dónde estudiaron? ¿Qué licencias o certificados tienen? ¿Cuánto costará el tratamiento?
- Después de elegir al profesional, prepare una lista con las preguntas que hará durante la primera consulta, como ¿Qué beneficios puedo esperar de esta terapia? ¿Cuáles son los riesgos asociados a esta terapia? ¿Interferiría la terapia con alguna de mis actividades cotidianas? ¿Durante cuánto tiempo tendré que estar en tratamiento? ¿Con qué frecuencia se evaluarán mis progresos o mi plan de tratamiento? ¿Tendré que comprar algún equipo o material especial? ¿Tiene usted artículos o referencias de carácter científico sobre el uso del tratamiento para mi enfermedad? ¿Podría interactuar la terapia con los tratamientos convencionales?
- Evalúe su primera consulta y decida si es el profesional más adecuado para usted. ¿Se sintió cómodo con él o ella? ¿Pudo el profesional contestar las preguntas que le hizo? ¿Cree que le respondió de forma satisfactoria? ¿Le parece razonable y aceptable el plan de tratamiento?

Algo fundamental para todos aquello que buscan una alternativa en la Sanación es que ninguna terapia complementaria puede sustituir los tratamientos de medicina alopática cuando ello lo demande. De este modo se debe trabajar en tandem (Alopático + Holístico) buscando integrar disciplinas con los profesionales más preparados de las dos ramas.

La OMS se pronuncia


La Organización Mundial de la Salud se refiere a las terapias complementarias en los siguientes términos:

"En muchos países desarrollados el popular uso de las medicinas complementarias y alternativas está propulsado por la preocupación sobre los efectos adversos de los fármacos químicos hechos por el hombre, cuestionando los enfoques y las suposiciones de la medicina alopática y por el mayor acceso del público a información sanitaria. Al mismo tiempo, la esperanza de vida más larga ha dado como resultado un aumento de los riegos de desarrollar enfermedades crónicas y debilitantes tales como las enfermedades coronarias, el cáncer, la diabetes y los trastornos mentales. Para muchos pacientes la medicina complementaria y alternativa parece ofrecer medios más livianos de tratar dichas enfermedades que la medicina alopática" (Organización Mundial de la Salud, 2002: 2).

Aún me parece curioso ver que este tema sigue su avance pese por un lado a la intransigencia de la industria sanitaria y farmacéutica y por otro la falta de rigor de muchos de los que trabajan en el ámbito holístico. Nuestra responsabilidad está en aumentar los protocolos terapéuticos, horas académicas exigidas en lugares responsables e integrar más fundamentos teóricos que permitan darle a la práctica mejores estándares, que la saquen de la generalización facilista y la mirada inquisidora de los "Dueños de la Verdad".

Pontifex "Constructor de Puentes"

Hacer una labor de Sanación que no implique una toma de conciencia por parte del cliente no tiene sentido. Lo único que haremos será revolver sus campos energéticos creyendo que hemos cumplido el trabajo. Pero no es así, la inercia natural lleva a que todo regrese al mismo lugar si no hay conciencia de por medio. Es fundamental conectarse con el paciente e ir más allá, debemos servir de puente con aquello que necesita integrarse al flujo de la vida. De allí el título de este Blog.

En la antigua Roma la construcción de puentes suponía el rompimiento del orden natural (ordo rerum) que los Dioses habían establecido, pues con estos, una creación del ingenio humano (Ego), se cruzaba un río sin mojarse. Para reestablecer el orden se buscaron personas que sirvieran de intermediarios con lo Divino y Numinoso llamándoles Pontifex. Con el tiempo la palabra fue incorporada a religión católica romana refiriéndose actualmente al título del Papa.

Tomando solo su sentido etimológico y lejos de un contexto peyorativo, como Sanadores debemos servir de puente para los síntomas. Debemos escuchar como el cuerpo habla y los síntomas físicos y energéticos responden. Entendamos que el síntoma es un recurso de nuestro Ser para manifestar una alteración del orden. Primero aparece como una coagulación energética en la periferia sutil de nuestros campos para luego comenzar a densificarse más y más hasta emerger en nuestro plano físico. A lo largo de este camino siempre está pulsando por hacer algo conciente como una carencia o una necesidad existencial insatisfecha.

Seamos sensibles a él, escuchémoslo y aprendamos a traducir su mensaje. Así nos convertiremos en Pontifex para nuestros clientes, ayudándole a unir la orilla donde se establece la Conciencia y el otro extremo, donde los aspectos inconcientes y espirituales que nos gobiernan habitan. El solo hecho de vincular el mensaje del síntoma y hacerlo conciente genera una nueva mirada y ello basta para reiniciar el proceso natural de nuestro Ser. Hacer conciente lo que antes no lo era es nuestro trabajo fundamental, lograrlo permite que el fluir vuelva a tomar lugar y con ello el balance hacia ese proceso continuo de hacerse conciente que llamamos Vida.

miércoles, 22 de octubre de 2008

El canto en la Sanación Holística

He visto como varios de los sanadores con los que trabajamos han cantado espontáneamente durante su trabajo terapéutico y lo mejor, han tenido una respuesta positiva de sus clientes. Lo anecdótico del hecho es que fue un impulso natural lo que los llevó a incorporar el canto sin que hubiera ningún antecedente de por medio, ni siquiera en la ducha. Pensé en ello como algo básico de nuestra naturaleza y su resultado tiene una razón de peso que ahora quiero abordar.

Todos los sonidos que escuchamos nos evocan diferentes sentimientos y despiertan las más variadas emociones. El sonido del mar, de una tormenta, de un niño riendo, la sirena de una ambulancia, una canción de cuna, todos tienen significados particulares asociados simbólicamente con alguna circunstancia vivida y aunque la relación afectiva puede ser diferente según la función que le da cada persona, bajo ellos subyace una dimensión acústica primal determinada por el ritmo y el tono. Murray Schafer los llamaría arquetipos sonoros y su uso es una de las herramientas fundamentales del chamanismo y ahora de muchos Sanadores Holísticos que integran a su labor el canto como recurso terapéutico.

Sirviéndonos como marco de referencia de Ceremonias como la Velada Mazateca (Oaxaca, México) y la Ceremonia Huichol (Nayarit, México) examinaremos el canto como principio rector en la labor terapéutica.

¿Cómo funciona? Forma y fondo
Como forma el canto da coherencia y un punto de referencia donde el ego puede anclarse mientras la conciencia se expande. Esto es ayudado por la reducción al mínimo de otros estímulos obligando a que nuestro ser, agudizado sensorialmente, solo capte el sonido, dándole así libertad al cerebro de nutrirse con las imágenes que evoca el mismo canto.



Como fondo los ritmos y las sutilezas melódicas del canto modulan el propio viaje interno. Esta cadencia, fundamentada en el tono y ritmo de la voz construyen un paisaje visionario por donde la conciencia se aventura. Esta geografía interna se va moldeando a razón del canto, así el chamán va orientando la percepción del participante hacia diferentes territorios dependiendo de lo que se quiere trabajar.

Un ejemplo típico del espectro Emocional / Sentimental que el canto puede propiciar está en guiar al participante hasta que se sumerja y alcance a tocar sentimientos como Melancolía, Tristeza, Enojo o Miedo los cuales lo regresan espontáneamente al evento donde la persona se estancó energéticamente, es decir, donde las heridas psicológicas se originaron y el trastorno o desequilibrio se detonó.

El mismo canto aproximará al participante a una resolución positiva del evento a través de alcanzar cadencias tonales que evoquen Reposo, Seguridad y Contención y con ello alcanzar estados de Paz, Armonía y Amor Sublimes o tomar otro camino a través de un frenético pero armonioso ritmo el cual conectará la memoria con la Alegría, eclosionando en un éxtasis expansivo.

No importa el lenguaje utilizado (mazateco, huichol o mapudungun) la entonación de la voz y sus matices sonoros darán expresión a los sentimientos y con ello a crear un escenario para que los contenidos más profundos de nuestro ser se explayen. Los invito a servirse del canto como herramienta para su trabajo, ábranse a su voz y a los sonidos primales que guardan en su más profundo ser, quien sabe cuantos más recursos tenemos disponibles y no nos arriesgamos a experimentar.

(Foto: Marakame Casiano luego de una Ceremonia de Fuego rodeado de unos amigos, entre ellos Pedro Jiménez y yo).

lunes, 20 de octubre de 2008

Audi alteram partem (escucha la otra parte)

Últimamente he tenido un interesante comentarista de mi blog (Blogname: Bilioso de Vuelta 2.0). Sus viscerales críticas a los métodos de sanación y medicinas alternativas han traspasado la típica incredulidad newtoniana, las generalizaciones del reduccionismo y la división cartesiana cuerpo/mente, para revelar un encono emocional profundo.

Lo interesante (y que no deja de pasar de anecdótico sino fuera por la virulencia de sus comentarios, los cuales quité ya que no tienen nada de constructivo) es saber la razón qué lo motiva para continuar despotricando de la Sanación Holística? Qué hay detrás del subido tono de sus críticas a las terapias complementarias? Qué lo amenaza tanto de este tipo de alternativas terapéuticas?

A lo largo de mi carrera he visto como muchas personas refuerzan su propia identidad a punta de desaprobar al otro. Ante una imagen debilitada de sí mismos, el resentimiento se transfiere al Otro, juzgándolo negativamente y nutriéndose con ello de una falsa superioridad moral. Pero este detractor, como todos los anteriores, reflejan algo más… una petición de ayuda.

No es coincidencia que apuntale su artillería en un espacio de reflexión sobre medicina alternativa como este, detrás de ello hay un pedido, una búsqueda que no ha encontrado respuesta en otro lugar. Su reclamo a los que creen es la burla, la disminución, pero allí mismo está su necesidad.

Las formas de solicitar ayuda pueden disfrazarse bajo muchas máscaras. Las más evidentes se expresan a través de los síntomas de algún trastorno o desequilibrio físico, la exarcerbación de las respuestas emocionales, la manifestación de la violencia, el odio ciego, el resentimiento y hasta la ceguera espiritual ante la imposibilidad la contactar los aspectos menos duales de nuestra naturaleza. Lograr ver a través de este velo sin dejar que la turbiedad de las apariencias y los sentimientos nos engañen, contemplar sin ningún tipo de prejuicios al otro en su exacta magnitud, sin verlo como oponente y reconocer en él aspectos que también nos habitan, es un acto que nos conecta con nuestro ser esencial.

A mi fiel y enconado Bilioso (su nickname) lo invito a que más allá de posturas contemple que le detona tanta rabia, que hay detrás de ese angustioso llamado. Qué cosa le hace falta que pide a gritos en este espacio, por qué en este? Ser conciente de lo que en entrelíneas dicen sus insultos le abre la posibilidad de ampliar los horizontes y entender que sin rótulos su búsqueda es también la mía y viceversa. En esa trasparencia estamos en el mismo camino y lo mejor, somos uno.

(FOTO: Planta de Tabaco para hacer Pisiete o San Pedro, tabaco ceremonial mezclado con cal para la Velada Mazateca. Huatla de Jiménez, Oaxaca, México).

martes, 14 de octubre de 2008

El hábito no hace al monje.

Asistí hace pocos días a un evento donde una buena cantidad de Sanadores y Terapeutas de Medicina Alternativa se reunían. Lo primero que me saltó a la vista era la uniformidad con la que todos iban vestidos. Respetando los caminos y experiencias que cada cual ha vivido, todos iban vestidos de arriba a abajo de blanco, con collares de donde colgaban grandes cuarzos y usaban sandalias. Cuál es la razón de ello? Se es más “espiritual” al vertirse así? Lo alternativo se identifica así?

Lo que noté a lo largo de esta reunión es que estos códigos, más allá de servirles como identificadores (como el estetoscopio al Médico) , los terapeutas se autoexcluían a sí mismos asumiendo concientemente un estereotipo sin ningún tipo de contenido más allá del estético (consulté con un Cromoterapeuta por si había una razón). Entendí que, a falta de la visión reduccionista de algunos médicos alópatas y los dogmáticos del materialismo, la marginación podía venir igualmente de los propios Sanadores, que estereotipados bajo un molde simplificaban nuestro trabajo a un uso y costumbre, más que una visión totalizadora de la vida.

El Profesor Pablo García, reconocido Chota Chine (Hombre de Conocimiento en idioma mazateco) y amigo que me introdujo en la tradición mazateca con Plantas de Poder (hongos, hojas de Pastora) de las Sierras de Oaxaca en México, me decía que anteriormente en su pueblo, Huatla de Jiménez, en todas las familias había uno o varios Hombres o Mujeres de Conocimiento que cumplían un rol de intermediarios con el mundo espiritual, respondiendo a las necesidades particulares de alguna persona amiga o alguien del núcleo familiar. El asumir este rol no implicaba un cambio de profesión, de estilo de vida (más allá del celibato temporal que la tradición manda), modos y comportamientos. El Hombre de Conocimiento es tan normal como cualquier otro, solo su experiencia y sapiencia lo podían distinguir de otra persona. El ser capaz de contactar otros ámbitos de experiencia no los hacían seres especiales marginales, al contrario, ellos reconocían que todos estamos habitando ese mundo espiritual, de forma tan real como cuando se camina en este. Solo eran especialistas, tanto como lo puede ser un panadero.

Todo esto lo escribo porque a mi juicio los Sanadores no deben quedar estigmatizados bajo un cliché. Lo único que nos debe diferenciar de cualquier otro terapeuta es nuestra capacidad de integrar más recursos a nuestro trabajo terapéutico, a nuestra mirada del desequilibrio, a nuestro contacto con el cuerpo físico y su expresión energética, a los ámbitos transpersonales y sus proyecciones mundanas. Eso es lo que nos debe distinguir, de lo contrario caemos en clichés que no le hacen bien a la profesión.

(Foto: Profesor Pablo García y la Señora Apolonia, hija de María Sabina, vestida con el traje típico mazateco).

jueves, 2 de octubre de 2008

El sanador es un partero

«La enfermedad es el lugar donde se aprende».
Blaise Pascal


La enfermedad la debemos entender como un síntoma de que nos estamos resistiendo a algo. Ella aparece cuando algo reprimido puja por salir y nosotros en contravía de nuestra naturaleza dinámica nos resistimos a ello. El sanador así busca contactar lo oculto, lo encerrado, lo encubierto, lo contenido y velado, y le ayuda en su tránsito a la conciencia.

El sanador reconoce que el dolor de la afección son solo las contracciones frecuentes preámbulo de algo que está por nacer. El sanador acompaña el trabajo de parto y de esta forma le permite a lo estancado ver la luz. El sanador no encasilla la enfermedad como Mal, él lo transfigura en semilla que puja para expresar algo nunca dicho. Su mirada sin prejuicios ayuda a que lo liberado abra los ojos en un mundo que no lo estigmatiza.

Esa semilla puede venir de todo aquello que está luchando por ayudarnos a ser nosotros mismos, pero que nuestro ego, cumpliendo el mandato de los patrones externos (familia, sociedad, religión, etc), retiene para que nos mantengamos en el statu quo de lo conocido. El ego siempre preferirá lo malo conocido que lo bueno por conocer, así nos mantendrá dentro de los parámetros del deber ser y buscará cualquier forma para contener nuestros impulsos naturales por salir de nuestra torre, por crecer. Para el ego el autoconocimiento es un mal nefasto, ya que autoconocimiento implica cambio, una palabra herética para él.

El sanador le ayudará a su paciente en este trabajo de parto, buscando que no se resista a ello, no le tema al movimiento porque de hacerlo sería temerle a un aspecto de sí mismo, una dolorosa contradicción que puede terminar expresándose a través de su propio cuerpo, un conflicto fundamental que tarde o temprano somatizará. El sanador invitará a su paciente a que vea y acepte lo que ha retenido por tantos meses dentro de sí, que vea y acepte lo que lo impulsa a crecer, que se vea y se acepte a sí mismo en toda la extensión de la palabra. Con esta aceptación se le da la bienvenida a un aspecto nuevo de nosotros, por amenazante que lo sintamos. Dar este paso es entrar en un proceso curativo donde no nos castigamos por ser lo que somos, al contrario, bendecimos todo aquello que nos hace ser, todo aquello que nos da vida y sostiene. Este suceso lo debemos celebrar como la llegada de un nuevo hijo y el sanador estará allí, acompañando a su paciente en el inicio de su nueva vida.