jueves, 30 de abril de 2009

Detrás del síntoma porcino

Bajo la mirada de la nueva medicina germánica del Doctor Hamer, o el enfoque ayurveda o de bionergía que practico y hasta los investigadores científicos de psiconeuroinmunología, todos coinciden que la vinculación mente-sistema nervioso- sistema inmunológico funciona como un solo sistema, interpretando y respondiendo al mundo en el que vive de forma unificada. La respuesta inmunológica a una circunstancia dependerá de cómo me relaciono emocionalmente con ese evento y no simplemente una respuesta biológica.

De este modo buscando lo que hay detrás del síntoma y que abrí en el anterior blog, la gripe porcina o el virus H1N1 tiene la misma carga simbólica pero a escala colectiva que una gripe común: son lágrimas no lloradas.

Puede parecer simplista, pero en medio de una crisis mundial, donde el miedo a perder el empleo y todo lo que eso conlleva es explotado hasta la saciedad por los medios noticiosos, la gripe es un catalizador que permite descargar la tensión y el estrés. No nos curamos de la enfermedad, la enfermedad nos cura. Como pronóstico puedo asegurar que después de la pandemia el tema financiero perderá valor, sirviendo así la gripe luego de su labor liberadora como balanza que pondrá todo en su verdadero lugar.

Detrás de una celebración

Para estos días donde el miedo cunde entre estornudos y la paranoia porcina se apodera de todos, solo se puede decir que no todo es lo que aparenta y siempre hay algo más atrás, en el mismo fondo, que se mueve y deja ver sus ondas en la superficie, en el presente. No invito a sentarse a discutir teorías conspirativas pero se me hizo relevante invitar a ver más allá, ya que siempre hay algo qué descubrir.

Un ejemplo es la celebración del primero de mayo, día internacional de los trabajadores, la fiesta por antonomasia del movimiento obrero mundial y que se celebra en homenaje reivindicativo a los Mártires de Chicago, ejecutados en Estados Unidos por su participación en las jornadas de lucha por la consecución de la jornada laboral de ocho horas, que hoy tenemos. Pero bueno, como este blog no tiene fines panfletarios sindicalistas, quisiera contarles que hay algo más atrás en esta fecha, que también se vincula como celebración.

El 1º de Mayo correspondía en el calendario celta a la festividad sagrada de Beltene o Beltain (Bel-tinne =fuegos de Bel) en honor del Dios Belenus, deidad luminosa asociada al sol, al fuego y las energías renovadoras de la mitología celta, como también a la salud y a los sanadores druidas. De este Dios sale el nombre del beleño, planta enteógena de uso común en la Europa primitiva por su alto contenido de alcaloides y alimento sacramental de los sacerdotes druídas; posteriormente las curanderas paganas del Oscurantismo Europeo se sirvieron de ella para sus “vuelos” (historiadores describen que las brujas untaban bastones con un extracto de beleño en los que bailaban. El roce de sus vaginas descubiertas con la sustancia enteógena las llevaban entrar en estados alterados de conciencia). La planta fue también usada por los griegos en sus oráculos y asociada con Apolo, otro Dios Solar curandero; la llamaron Herba Apollinaris y fue recurso fundamental de las sacerdotisas apolíneas para dictar los mensajes proféticos a sus consultantes.


La fiesta celta de Beltene eran una especie de feria rural, donde se realizaban torneos, se bebía, se bailaba y las parejas se entregaban a juegos amorosos. En las vísperas de ese día, se apagaban los fuegos de las casas, los que eran reencendidos animados por el nuevo fuego druídico. Esta festividad era una de las más importantes de la cosmogonía Celta y representaba el regreso de la luz, después de las largas noches invernales.


Las celebraciones rituales, no importa su antigüedad, responden a nuestras dinámicas arquetípicas más profundas, emergiendo en el hombre posmoderno con igual fuerza liberadora al de un hombre de la Edad de Hierro, aunque estén enmascaradas bajo tintes comerciales o reivindicativos históricos. Quinientos años de pensamiento racional no pueden desdeñar 100.000 de historia como humanos, con sus cosmogonías básicas detonándose detrás de cada fenómeno cultural actual.

viernes, 24 de abril de 2009

Una iluminación accidental



Una amiga me compartió un video muy interesante. Es el testimonio de Jill Bolte Taylor, neuroanatomista de la universidad de Harvard dedicada al estudio de enfermedades mentales. Sufrió una embolia cerebral que le permitió vivir en carne propia los efectos de un derrame en la parte izquierda de su cerebro. Con la momentánea desconexión de sus hemisferios y la prevalencia cognitiva de su lado derecho experimentó un estado de realización y vinculación con toda su realidad sin un Ego que mediara entre el afuera y su interior. A su estado ella lo llamó Nirvana.

miércoles, 22 de abril de 2009

La individuación mente-cuerpo-espíritu

El verdadero viaje de descubrimiento, no consiste en buscar nuevos territorios sino en tener nuevos ojos. (Marcel Proust)

En esa búsqueda del sí mismo que Jung llamó "individuación", donde vamos recogiendo a lo largo de la vida todos los aspectos fragmentados de nuestra naturaleza y vamos integrándolos en un todo completo y realizado, la integración de lo divisible no solo debe estar confinado a los aspectos psicológicos, sino también al mismo cuerpo y al espíritu trascendente.

Esto implica suturar la separación cuerpo-mente-espíritu, y vernos como seres completos donde nuestro ser expresa su “Bien Estar” o “Mal Estar” a través del cuerpo y la mente. Ya no debemos concebirnos como cabezas pensantes pegadas a un cuerpo que puede tener desperfectos. Somos seres totales donde el impacto en un aspecto repercute en todos los demás. Así comenzaremos a entender que el hombre no cura enfermedades, sino que ellas nos curan a nosotros, o como lo dice Christian Fleche en su libro El cuerpo como herramienta de curación,“una enfermedad es siempre una reacción a algo distante que se ha vuelto invisible” y Jung: “la enfermedad es el esfuerzo que hace la naturaleza para curar al hombre” . Esto no tiene nada de esotérico, es importante recordar que para el cerebro no hay separación entre lo real y lo simbólico.

He aquí el punto donde enfoques alternativos comienzan a abrirse camino, como la Decodificación Biológica, con su lectura de la enfermedad como somatización de un impacto emocional reprimido, o las Constelaciones Familiares, donde la enfermedad es resultado de compensaciones dentro del sistema familiar, o el trabajo psico-corporal de Alexander Lowen y su Bionergética, de John Pierrakos y Core Energética, el trabajo con energías sutiles en la Bioenergía Espiritual y el Reiki, o hasta el enfoque original chamánico donde se dialoga permanentemente con el espíritu, o las aproximaciones transpersonalistas de Grof y su Respiración Holotrópica y la Biodanza, entre tantos otros. Todas estas nuevas aproximaciones a la naturaleza de nuestro ser se entretejen entendiendo que el hombre es unidad y nada puede verse separado de su entorno. Así la Individuación de la personalidad debe incluir también el cuerpo y el espíritu para que finalmente el verdadero Todo se complete.

martes, 21 de abril de 2009

El centro luminoso

Una “coincidencia” arquetípica. Leyendo la autobiografía de Jung “Recuerdos, Sueños, Pensamientos” encontré un sueño que coincidió, bajo las apariencias, con un viaje ayahuasquero que experimenté hace ya varios años y dio nombre a la que posteriormente se convirtió en la Fundación que presido.

En el sueño Jung se encontraba en una ciudad de forma circular, en un ambiente nublado y oscuro. A pesar de este ambiente de penumbras, en el centro de la ciudad había una gran plaza con una pequeña isla. En el centro mismo de esta plaza se hallaba un árbol de magnolias que tenía luz propia.

De todos las personas que acompañaban a Jung en el sueño solo él había notado esta luminosidad. En ese momento comprendió que su meta vital era ir hacia ese centro luminoso. Este sueño ratificó su idea que la psique se desarrollaba a través de procesos circulares, donde “todo tiende hacia el centro”, y no evoluciones lineales como hasta entonces se entendía. El sueño lo terminó representando con un mandala que tituló "Ventana hacia la Eternidad". Jung afirmó luego "El centro es la meta y todo se dirige hacia el centro... reconocerlo para mí quiso decir tener la intuición inicial de mi propio mito”.

Ahora mi experiencia con la ayahuasca. Montaba una inmensa anaconda y nos deslizábamos con una lenta cadencia en la negrura del espacio hacia un centro luminoso. Duramos un tiempo largo avanzando hacia el centro cósmico aunque no parecía avanzar, lo que me dio la idea de que verdaderamente ese centro era de tamaño galáctico y estaba más lejano de lo se podía concebir. Buscaba la forma de avanzar más rápido hasta que la anaconda comenzó a crecer de tamaño de forma exponencial y pasé de hidalgo jinete de anaconda a simple partícula que se aferraba nerviosamente a su titánico pero grácil cuerpo. De esta forma me bajaron de mis egos dándome a entender que no era yo el que conducía sino que simplemente era llevado a cumplir un destino.

Foto: Mandala de Jung, "Ventana hacia la Eternidad.

El ritual como sanador del mundo

La insistencia de muchos , aún en estos días, de afirmar que la conciencia es el sostén fundamental de la vida psíquica y que el inconciente solo es un subproducto de esta, ha llevado a una identificación fundamentalista con el Ego y sus demandas. La exclusión del inconciente en aras de la adoración al falso ídolo del Ego ha generado tantas tensiones neuróticas dentro de nosotros y la humanidad que ha puesto en peligro la especie misma. Puedo parecer alarmista pero los invito a ver un noticiero en la televisión; en un resumen de la realidad del mundo actual podemos ver por un lado guerras fatricidas, autoritarismo, genocidios, exacerbación de la moralidad, marginación de sectores sociales, exclusión de lo diferente y anómalo, depredación ecológica y enfermedades pandémicas; por el otro, una sublimación de todo lo que alimente al Ego en su patología narcisista: dinero, poder, belleza, etc.

Es hora de abrir la puerta, cada quien según su saber, a los mensajeros del viejo y arcano inconciente, venidos desde los sustratos abisales de nuestra naturaleza psíquica, donde habitan y mueven representando toda nuestra historia como seres vivos. Ellos ya no tendrán que irrumpir violentamente para hacerse sentir, ni expresarse a través del trastorno y el desequilibrio orgánico. Ya fue suficiente el reinado de un pueril Ego que, con apenas 100.000 años de existencia, se siente el hermano mayor frente a un inconciente que se pierde en la noche de los tiempos.

Al sanar esta fractura psíquica y permitimos el dialogo conciente con los contenidos inconcientes nos vinculamos con el símbolo, el cuerpo, la creatividad, la intuición, el ritual, el arquetipo, el sueño, la señal numinosa, el misticismo, las experiencias cumbre, los estados extáticos, las plantas de poder y enteógenos, etc. El hacerlo nos permitirá reestablecer el equilibrio interno que trae como recompensa la sanación con nosotros y con el otro. Es una tarea crucial para sanar la especie misma y el planeta. Si lo dudan los invito a ver un noticiero.

Foto: Equinoccio de primavera en Teotihuacán, 2002.

lunes, 20 de abril de 2009

Una teoría a punta de tabaco ceremonial

Todas las cosas tienen su propio lenguaje. El lenguaje le permite a cada cosa organizarse y pertenecer, es decir, Ser. El lenguaje las hace ser lo que son. Con este lenguaje hablan entre sí para entenderse. En ese hablar / cantar / expresar se forma el hilo vinculante que une todo. No es solo lenguaje, es red que sostiene y le da coherencia a todo lo que vemos y a lo que no, pero intuimos. Esos lenguajes sirven de puente a su vez entre mi afuera y mi adentro, lo subjetivo y lo objetivo, borrando sus fronteras y dejando ver una parte de mi que se refleja en todo. El lenguaje es medio pero también fin. Me sirvo de él para encontrarte con las esferas de lo otro, pero también me permite pasarme al otro lado mismo.

Pregunto y me responden.

El tabaco ceremonial me permite hablar otras lenguas, es decir, ser en el otro. Siendo transformo. Transformando defino. Cuando hablo me vinculo y me incluyó en lo otro. Por lo tanto soy en el otro y puedo sanar.

domingo, 12 de abril de 2009

Lo que nos habita es lo que nos sana

“El reino de Dios esta dentro de ti”. León Tolstoy

Lo más difícil para los consultantes dentro de los procesos de Sanación es comprender que en sus manos está el poder de curarse. Ni la devoción a un altísimo Dios, Alá o Buda, o las rogativas eternas a Santos, Patrones y las once mil vírgenes, o las peticiones al Comando Ashtar, al Alto Consejo de Sirio o al Consejo Lemuriano, nada es tan eficaz como entender que no hay que permanecer anclado en el acto regresivo de levantar la mirada suplicante hacia un padre(s) - madre(s) cósmico, celeste o divino que nos ayudará y sacará de apuros, sino ver para adentro hasta hallar lo que los alquimistas llamaban el "lapis philosophorum", esa sustancia creativa capaz de trasmutar todo lo estancado que nos habita. Este proceso nos permite accesar a la fuente directa del potencial curativo y nos cuida de entregar nuestra propia fuerza a un “algo o alguien” externo. El entender que lo que nos habita es lo que nos sana nos invita a tomar responsabilidad sobre nuestros propios actos y pensamientos y nos brinda la certidumbre de que más allá de los límites del Ego, en los ámbitos transpersonales, lo numinoso nos aguarda.

Quizás para muchos el acceso directo a esa conciencia autocurativa sea demasiado complejo, pero allí la eficiencia del ritual y el símbolo nos ayudan como intermediarios, utilizándose siempre con la conciencia que son recursos para dialogar con el inconciente y no funcionan per se, solo nos protegen de una experiencia directa de Dios, como Jung decía hablando de la religión. Aceptar ese potencial curativo o divinidad que nos habita, nos da la fuerza para entender que la enfermedad y el trastorno es un acto creativo que nace en nosotros y que por ello mismo es en nosotros donde se guarda la respuesta de la sanación.

sábado, 11 de abril de 2009

De afuera para adentro

"En nuestros locos intentos, renunciamos a lo que somos por lo que esperamos ser." William Shakespeare

Pasamos por cientos de ritos e iniciaciones, nos ponemos ropas, mascaras y cambiamos de nombre tanto como de paisajes, ayunamos y nos contenemos, nos miramos en los otros y a través de otros nos buscamos, nos espejeamos en cada horizonte; aplastamos las nalgas esperando que llegue la visión, el mensaje, la luz, la palabra, el augurio, el destello, el silencio; se ora, se medita, se repite el mantra, se respira, se hiperventila, se conecta, se alucina, se grita, se danza, se muere y se renace, se camina, se corre, se cruza y se regresa, la peregrinación no tiene descanso; se abren y se cierran puertas, se busca atras del símbolo y la señal; se pide, se ruega, se pasan los días con sus noches y siempre se espera. A lo largo de esta búsqueda de uno mismo que es la vida con el tiempo se da uno cuenta que no se trata de ir ni más lejos ni más arriba, sino más adentro, o como decía Jung, "Solo se volverá clara tu visión, cuando puedas mirar con tu propio corazón, porque quien mira hacia afuera, sueña. Y quien mira hacia adentro, despierta.”