lunes, 31 de agosto de 2009

En las puertas del saber


2500 años después, la frase escrita en las puertas del Oráculo de Delfos sigue tan vigente como siempre. En este oráculo, templo consagrado al dios Apolo y reverenciado en el mundo griego como el lugar del ónfalos o centro del universo, buscadores de toda Grecia venían por respuestas, consultando allí a las Pitias o Pitonisas. Estoy seguro que 2500 años después está verdad seguirá inscrita en las puertas del saber humano:

Te advierto, quien quieras que fueres, ¡Oh! Tú que deseas sondear los arcanos de la naturaleza, que si no hallas dentro de ti mismo aquello que buscas, tampoco podrás hallarlo fuera. Si tú ignoras las excelencias de tu propia casa, ¿cómo pretendes encontrar otras excelencias? En ti se halla oculto el Tesoro de los Tesoros ¡Oh! Hombre, conócete a ti mismo y conocerás el universo y a los Dioses.

viernes, 28 de agosto de 2009

Leer en caso de emergencia

Cuando somos emboscados por la incredulidad y nos jala la inercia reduccionista newtoniana, esa zona de confort de la racionalidad occidental, es siempre necesario tener a la mano palabras como las siguientes del filósofo y psicólogo científico William James, que vuelven a llevarnos a los cabales de una mente abierta, sin doctrinas cientificistas que ahoguen cualquier posibilidad de ver otro horizonte:

Nuestra conciencia normal despierta,
conciencia racional como nosotros la llamamos,
no es más que un tipo especial de conciencia,
mientras a su alrededor,
separadas de ella por la más transparente de las películas,
existen formas potenciales de conciencia completamente diferentes.

Las variedades de la experiencia religiosa
William James

jueves, 27 de agosto de 2009

De las heridas y los demonios que las cuidan


Aunque hagas cien nudos la cuerda sigue siendo la misma. Rumi


Cuando el maniqueísmo y la exaltación de los opuestos se convierte en fundamento de la práctica terapéutica, tomando el mismo terapeuta el sitio de salvador al servicio de la Luz (en mayúscula), se deja de lado la posibilidad de aceptar al consultante como un todo complejo y rebosante de contradicciones, donde cohabitan multitud de expresiones y devenires de forma natural.

La propuesta terapéutica debe honrar lo bueno y no tan bueno que hemos vivido, mirar con respeto las heridas y los demonios que las cuidan, y con ello permitir que se integren a la totalidad de nuestro ser.

Hay que buscar una solución constructiva que pueda, entre otras cosas, darle voz y voto a aquello contra lo que nos peleamos, por que allí está el secreto de la sanación. Lo que más tememos es lo que más anhelamos. Abrazar lo excluido y marginado de nuestra historia es reconciliarse consigo mismo. Lo demás es solo una guerra civil sin ganadores.

El regreso al politeísmo


La diversidad es de por sí incluyente, la dualidad es de naturaleza excluyente. Al reducir nuestro discurso existencial a la dicotomía Luz / Sombra, Blanco / Negro, Positivo / Negativo, Belleza / Fealdad, Sujeto / Objeto, Observador / lo Observado, Bondad / Maldad… mutilamos la capacidad multifacética de nuestra naturaleza profunda, marginando nuestras posibilidades por los espejismos y condiciones del ego dual, afanado en su búsqueda de marcar sus fronteras.

Con la ilusión de los opuestos hemos limitado nuestro hacer vital a la confrontación de dos fuerzas, dos dioses que controlan nuestro devenir, dejando de lado cualquier otro tipo de expresión arquetípica.

La historia, bajo el paradigma maniqueo cristiano, ha generado una escalada bélica de opuestos, restringiendo las demás potencias arquetípicas que nos habitan, obligándolas a tomar un bando para ser vistas y, las que se mantienen en su “oposición a los opuestos”, son rechazadas y llevadas al fondo de nuestro averno personal. Nuestro mismo cuerpo termina por confirmar cómo estas fuerzas irreductibles salen de su confinamiento a través de la neurosis y el síntoma, manifestación de batallas donde los antagonistas anhelan resolverse, sin saber que su única salida es disolverse, uno con el otro, en el espejismo de su contradicción.

Quizás la salida sea retomar el politeísmo como un recurso expresivo de los dioses internos. Ya no solo serán dos fuerzas batallando por nuestra alma, son miles de posibilidades de manifestar creativamente nuestra naturaleza, bajo las formas más diversas, sin estar ninguna supeditada a otra bajo un rol moral.

Parafraseando a Wilber "la cuestión no es separar los opuestos sino unificarlos para descubrir un fundamento que los trascienda y abarque". Ya no habrán oposiciones donde resguardarse, solo manifestaciones de nuestras dinámicas que fluyen desde las dimensiones internas hacia la conciencia como un ecosistema vivo en permanente movimiento, un olimpo lleno de dioses y semidioses interactuando con la humanidad.

martes, 18 de agosto de 2009

Servicio y reclutamiento


Sanadores, terapeutas, chamanes, curanderos, médicos, todos creemos que escogemos nuestro oficio por obra y gracia de nuestra propia voluntad, intereses personales, oportunidades laborales o, en un sentido más grande, por designio divino. Al sumergirse en la dimensión sistémica, bajo la mirada de Constelaciones Familiares, nos encontramos que realmente todos somos reclutados por el sistema familiar para sanar, equilibrar y poner en orden los vínculos de nuestro linaje.

Los sanadores no escogemos estar al servicio, somos escogidos como forma de compensación dentro del sistema familiar, en la búsqueda de un orden al servicio de la vida, respondiendo el llamado de 7.500 generaciones de seres humanos que nos han precedido y corren aún por nuestras venas.

Ese deseo de servir con el que tanto nos identificamos solo es el resultado de una búsqueda de sanación reclamada desde el pasado familiar, y a la vez, somos la causa que reclama el equilibrio a las voces del pasado, en una relación de información circular del pasado al futuro y viceversa (bucle retroactivo). Frente al llamado de los ancestros solo queda bajar la cabeza y con la mano en el corazón honrar el espacio que han abierto para nosotros en este presente.

jueves, 13 de agosto de 2009

Yo solo cuido el camino


Cuando el consultante entró con El Profe Pablo García, buscando una sanación, luego de más de ocho horas de viaje hasta llegar a Huautla de Jiménez, en la Sierra Mazateca de México, las palabras con que mi maestro lo recibió fueron las siguientes:

“Los hongos hacen el trabajo. Los hongos te mostrarán las cosas que tú no quieres ver. Esa es la sanación que buscas. Yo solo cuido el camino. Lo de sanarte está en tus manos y en las de Dios.”

Algo relevante de este testimonio está en validar como el chamán no se identifica así mismo como hacedor / salvador, al contrario, su oficio se fundamenta en ser simple vehículo, canal o puente, espejo, facilitador, partero, etc.

Para él era importante que cuidáramos la fuerza del propio consultante, invitándonos siempre a estar atentos a nuestra soberbia sin menospreciar la dignidad, sensibilidad y autonomía del Otro, y lo más importante, sin quitarle al consultante la responsabilidad de que su sanación y equilibrio solo depende de él mismo.

Por otro lado, su testimonio guarda también una importante clave: La conciencia de ver más allá del síntoma y descubrir que la raíz de lo no resuelto es el mecanismo disparador de la sanación. Ver lo que antes no podíamos ver nos lleva a un lugar de conciencia diferente y desde allí el impulso natural de nuestra naturaleza dinámica nos pone de nuevo en movimiento, es decir, en el cambio, fundamento de la sanación.

(El Profesor Pablo García haciendo una limpia en el Cerro de Adoración, Nindó Tocosho, Huautla de Jiménez, Oaxaca, México).

martes, 11 de agosto de 2009

El espejear mágico


El poeta ve donde otros no ven. Ve lo que está allí, invisible tal vez por lo cotidiano; oculto porque oculta un misterio. Lo misterioso es algo que desaparece en las apariencias, algo que lo evidente hace invisible. El poeta toma lo aparente y lo transforma, lo lleva a otro ámbito y lo hace visible. El acto poético es un acto transformador del mundo.
Humberto Maturana Romesín


Conoce a tu rival.
Contempla su vida detenidamente
las historias que jamás se contarán de él
su bondad en la victoria
sus gestos en la derrota
el origen de sus virtudes
donde domesticó sus fuerzas
el primer látigo aleccionador.
Contempla las explosiones indóciles
de su temperamento
sus deseos inconclusos
sus odios enquistados
sus amores viscerales.

Conoce a tu rival.
Plántate frente al espejo.
Ataca.

Este poema que comparto lo escribí hace casi ya una década atrás en México y publicado en el libro HASTA AGOTAR LA EXISTENCIA, antología de nuevos poetas, Editorial Grupo Resistencia. Lo traigo a la memoria pensando en la práctica del espejear, ese ejercicio de observación y escucha de los dioses / fuerzas / voluntades que nos habitan. El quehacer del espejear nos alinea con aquel propósito más grande, incognocible pero sí intuible, que marca nuestro destino. Tanto el chamán como el terapeuta deben ser ese espejo vivo que refleja lo invisible para el consultante. En el ejercicio del espejear el acto de percibir se vuelve mágico, ya que lo que no es se manifiesta a los ojos del que no ve, en una experiencia directa de un mundo nuevo. En ese sentido poesía y magia se vinculan. Tezcatlipoca, dios tolteca, conocido como "el espejo humeante", señor de los Nahualli (magos), cargaba en su pecho un espejo de obsidiana (de allí su nombre), es el único de los dioses que entiende la naturaleza del mundo y lo que se oculta detrás de las apariencias. En su espejo se podía ver el verdadero sentido de cada acto y acción, pero solo los magos tenían la fortaleza para ver en su reflejo lo que determina nuestro destino. Los no preparados se perdían en la noche de la locura.

Yo no creo. Yo sé.

Esta es la respuesta que dio Jung cuando le preguntaron si creía en Dios. Anexo un video con reflexiones magistrales del filósofo y profesor Enrique Eskenazi, hablando de psicología profunda, el creer versus saber, el deseo y la realidad, entendida esta última como la más grande de las metáforas.

(Agredecimientos a David Londoño pr compartirlo).