He visto como varios de los sanadores con los que trabajamos han cantado espontáneamente durante su trabajo terapéutico y lo mejor, han tenido una respuesta positiva de sus clientes. Lo anecdótico del hecho es que fue un impulso natural lo que los llevó a incorporar el canto sin que hubiera ningún antecedente de por medio, ni siquiera en la ducha. Pensé en ello como algo básico de nuestra naturaleza y su resultado tiene una razón de peso que ahora quiero abordar.
Todos los sonidos que escuchamos nos evocan diferentes sentimientos y despiertan las más variadas emociones. El sonido del mar, de una tormenta, de un niño riendo, la sirena de una ambulancia, una canción de cuna, todos tienen significados particulares asociados simbólicamente con alguna circunstancia vivida y aunque la relación afectiva puede ser diferente según la función que le da cada persona, bajo ellos subyace una dimensión acústica primal determinada por el ritmo y el tono. Murray Schafer los llamaría arquetipos sonoros y su uso es una de las herramientas fundamentales del chamanismo y ahora de muchos Sanadores Holísticos que integran a su labor el canto como recurso terapéutico.
Sirviéndonos como marco de referencia de Ceremonias como la Velada Mazateca (Oaxaca, México) y la Ceremonia Huichol (Nayarit, México) examinaremos el canto como principio rector en la labor terapéutica.
¿Cómo funciona? Forma y fondo
Como forma el canto da coherencia y un punto de referencia donde el ego puede anclarse mientras la conciencia se expande. Esto es ayudado por la reducción al mínimo de otros estímulos obligando a que nuestro ser, agudizado sensorialmente, solo capte el sonido, dándole así libertad al cerebro de nutrirse con las imágenes que evoca el mismo canto.
Como fondo los ritmos y las sutilezas melódicas del canto modulan el propio viaje interno. Esta cadencia, fundamentada en el tono y ritmo de la voz construyen un paisaje visionario por donde la conciencia se aventura. Esta geografía interna se va moldeando a razón del canto, así el chamán va orientando la percepción del participante hacia diferentes territorios dependiendo de lo que se quiere trabajar.
Un ejemplo típico del espectro Emocional / Sentimental que el canto puede propiciar está en guiar al participante hasta que se sumerja y alcance a tocar sentimientos como Melancolía, Tristeza, Enojo o Miedo los cuales lo regresan espontáneamente al evento donde la persona se estancó energéticamente, es decir, donde las heridas psicológicas se originaron y el trastorno o desequilibrio se detonó.
El mismo canto aproximará al participante a una resolución positiva del evento a través de alcanzar cadencias tonales que evoquen Reposo, Seguridad y Contención y con ello alcanzar estados de Paz, Armonía y Amor Sublimes o tomar otro camino a través de un frenético pero armonioso ritmo el cual conectará la memoria con la Alegría, eclosionando en un éxtasis expansivo.
No importa el lenguaje utilizado (mazateco, huichol o mapudungun) la entonación de la voz y sus matices sonoros darán expresión a los sentimientos y con ello a crear un escenario para que los contenidos más profundos de nuestro ser se explayen. Los invito a servirse del canto como herramienta para su trabajo, ábranse a su voz y a los sonidos primales que guardan en su más profundo ser, quien sabe cuantos más recursos tenemos disponibles y no nos arriesgamos a experimentar.
(Foto: Marakame Casiano luego de una Ceremonia de Fuego rodeado de unos amigos, entre ellos Pedro Jiménez y yo).
miércoles, 22 de octubre de 2008
El canto en la Sanación Holística
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