Cuando realizó una terapia de interferencias energéticas, donde en un estado de relajación profunda se lleva al consultante a contactar los habitantes de su inconciente, metáforas vivas de las dinámicas personales, las representaciones que emergen toman las máscaras de arquetipos como la Sombra, el Héroe Solar, el Niño Herido, etc. La terapia es similar a la Imaginería Activa junguiana. Prácticas similares, llevadas por personas prejuiciadas o determinadas bajo un sesgo religioso, pueden encasillar los contenidos que surgen como entidades independientes que hay que eliminar o exorcisar, restringiendo la posibilidad de una integración de lo no resuelto. El solo cambio de mirada sobre estos contenidos pueden determinar su destino y manifestación. Hace unos días me encontré con esta historia:
Según la tradición judía, un dibuk es un difunto que toma posesión parcial de un vivo y lo hostiga. Al constatar que estos hechos han casi desaparecido con los años, un judío preguntó al rabino Mendel de Kotzk:
—¿Por qué ya no se oye hablar de los dibuk?
—Porque hoy en día ya nadie sabe expulsarlo.
—¿Por qué ya no se oye hablar de los dibuk?
—Porque hoy en día ya nadie sabe expulsarlo.
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