La Sanación bajo el modelo de Bionergía Espiritual o terapia energética debe fundamentarse en un riguroso ejercicio personal, donde el practicante debe ser conciente de su propio cuidado como instrumento per se de trabajo.
Esto significa que el Terapeuta o Sanador, siendo canal de luz debe mantener una mirada constante consigo mismo, trabajando con aspectos no resueltos de su propia historia y atendiendo permanentemente sus dinámicas. Esta exploración permanente de sí mismo es algo fundamental, ya que debe reducirse al mínimo la vinculación con cualquier elemento ajeno a la labor misma durante la práctica.
Algunas de las distorsiones tácitas en la práctica puede verse cuando el Sanador pone la técnica por encima de sus habilidades intuitivas olvidando al consultante; una resonancia con las historias de sus consultantes; o preconcepciones, prejuicios y creencias sobre los conflictos de sus mismos pacientes, entre muchas otras.
Esta auto-examen nos brinda la premisa de que no se puede ser un puente efectivo para que el consultante alcance su equilibrio si previamente no se ha trabajado consigo mismo. Esto nos diferencia de otras prácticas donde la mirada se pone exclusivamente en el afuera, dando por sentado que la energía no necesita de un recipiente puro antes de su paso al consultante.
En la tradición chamánica mazateca antes mismo de que un aprendiz de Chotachine u hombre de conocimiento pueda ser admitido como un potencial heredero de un bastón de mando debe vivir la experiencia de mínimo 40 veladas con plantas de poder (hongos o Pastora), en una inmersión profunda con su propio ser antes de trabajar con otros. El reconocer cómo se desenvuelven las propias dinámicas le permitirá al aprendiz sensibilizarse con las ajenas.
Para terminar, quisiera agregar unos apartes del Conocimiento Silencioso de Carlos Castaneda, hablando de la impecabilidad:
“La impecabilidad es un estado constante de alerta. Un permanente estudio de sí mismo y de la situación. La impecabilidad es el mejor uso del nivel de energía de cada uno; requiere frugalidad, previsión, simplicidad, inocencia y sobretodo ausencia de imagen de sí.”
martes, 24 de febrero de 2009
La impecabilidad en la Sanación
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