viernes, 19 de septiembre de 2008

El éxito como Sanadores

"Pues soberbia será de todos modos querer saber tú solo más que todos."
Calderon De La Barca


En el momento que muchos Sanadores comienzan a desplegar sus alas y tomar cada vez más confianza en su labor terapéutica y su capacidad intuitiva se refina, comienzan a entrar de lleno en un camino luminoso, cada vez más conciente, pero no por ello ausente de peligros. Una orgullosa altivez puede tomar fuerza en ustedes, lo que conducirá a que dejen de ver aspectos fundamentales de su naturaleza.

Con los grandes avances un punto ciego con el que pueden encontrarse es, paradójicamente, el éxito mismo de su labor y éste es el mayor peligro para su propio proceso. Este éxito se manifiesta en una arrogancia excluyente que los puede llevar a elevarse sobre los demás, desconociendo otros saberes, otros caminos, otras experiencias, despreciando lo Otro y poniendo lo propio por encima de los demás, es el “me basto a mí mismo”.

Por experiencia propia, de alguien que ha transitado, no sin dificultades por los laberintos del ego y que sigue en esas luchas, me permito compartirles estos párrafos que encontré sobre el tema. Solo puedo agregar que los invito a que siempre tengan los pies en la tierra, no se dejen embelesar por sus propias conquistas ni desprecien la voz de aquellos que ya hicieron el camino por el cual transitan ahora, ni en la arrogancia del que no necesita aprender más, del que ya lo sabe todo, del que no necesita. La vida en su sabiduría siempre nos aterrizará en la humildad de una u otra forma, tarde que temprano, unos suavemente, otros trágicamente, pero todos bajaremos la cabeza ante ese “algo” que nos ha traído hasta aquí.

“La soberbia niega y contradice lo que la humildad afirma y aconseja. Mientras la soberbia estimula la arrogancia, la vanidad, la egolatría y la presunción de querer ser lo que no se es; la humildad, es la virtud que da el conocimiento de sí mismos, de las limitaciones, las debilidades y las capacidades para tratar con prudencia y obrar con respetuosidad a todo ser viviente.”

“La satisfacción y envanecimiento de las dotes propias, con desprecio de la de los demás, es también una de las posturas mentales de la soberbia. La altivez, altanería, jactancia, arrogancia, presunción, fatuidad, ufanía, pedantería, humos, descaro, endiosamiento, impertinencia, ínfulas, insolencia, empecinado, copetudo, fanfarrón son algunas de las infinitas máscaras de la soberbia.”

“La soberbia es el amor excesivo de sí mismo, que por presunción, vanidad y jactancia mueve al ser humano a idealizarse a sí mismo, como un ser superior a sus semejantes. “

Por último, esa soberbia como sanadores puede reflejarse incluso creyendo que tienen el derecho de dar ayuda o decir lo que el otro necesita sin que se los haya pedido, pero ese será tema de otro blog.

2 comentarios:

serendipity dijo...

Que Buen Blog! cuñado....Un besote!!!!

Juanita dijo...

Alejandro! Es un honor conocerlos, a Claudia y a ti. Que bonito mensaje nos compartes, leer este comentario me hizo pensar que el amor también es un acto de humildad, en el sentido de que amarnos tanto a nosotros mismos desde el ego, nos aleja de la posibilidad del amor verdadero, entregado, sincero, abierto y PRUDENTE, no sólo con los demás, sino con la verdadera posibilidad de amarnos a nosotros mismos. Un abrazo!