martes, 18 de noviembre de 2008

Chi, Bioenergía y la Ciencia

Antes que los médicos alópatas redujeran al ser humano a una máquina biológica cuyos desperfectos pueden ser corregidos, por ejemplo, con la extirpación de algunas de sus piezas, la humanidad hacía milenios había identificado la fuerza vital que nos sostiene bajo diferentes nombres. Fue llamada Ruach por los hebreos, Pneuma por los griegos, Spiritus por los romanos, Prana por los hindúes, Chi por los Chinos, Ki por los japoneses y con nombre en más de 95 culturas.

Actualmente está científicamente probado que el cuerpo humano tiene un biomagnetismo propio asociado con nuestra neurofisiología natural y su actividad bioeléctrica alrededor del cuerpo puede ser detectada actualmente por modernos magnetómetros. Los practicantes de terapias alternativas con base en esta energía llaman a esta manifestación sutil como Bioenergía o Campo bioenergético identificándolo con la energía vital.

Las terapias basadas en bioenergía como el Chigong, el Reiki, la Sanación Magnificada, el Toque terapéutico, la Radiestesia o la Sanación en Bioenergía , la cual yo mismo practico, se fundamentan en la idea de que las enfermedades y desequilibrios alteran estos campos y la frecuencia de las pulsaciones en los campos bioenergéticos están relacionadas con algunas patologías, las cuales pueden corregirse y regresarse a su equilibrio natural influyendo en el mismo campo.

La investigación científica publicada en esta área ha sido bastante pobre a raíz del poco interés de la industria médica y farmacéutica en explorar un ámbito no muy lucrativo para ellos, pero la ciencia tiende a extender sus límites pese a las resistencias de los que creen que todo ya ha sido conquistado por el conocimiento, como ya ha pasado en otros momentos de la historia. Los descubrimientos de la ciencia clásica que hoy podemos verificar en el laboratorio no nos permiten afirmar que han quedado confirmados definitivamente, sino sólo provisionalmente, por la evidencia empírica, como bien dijo Popper. Tarde o temprano la misma ciencia refutará lo que antes dábamos por hecho. Pensar lo contrario y descartar algo por el solo hecho de que aún no se ha probado suficientemente iría en contra mismo del pensamiento científico.

Tengo la esperanza que los estudios y las observaciones científicas en el campo de la Bioenergía sean proporcionales al interés generalizado que hay por ellas y que las prácticas que nos permiten dar diagnósticos o trabajar sobre los desbalances, aún estando en el ámbito intuitivo, puedan ser confirmadas paralelamente. Independientemente de ello nosotros seguiremos explorando los límites de nuestra esencia y sus correspondencias físicas, emocionales, mentales y espirituales, sin descartar o rechazar nada, buscando su sentido profundo y ratificando la evidencia con nuestra propia experiencia. Esto mis amigos cierra un capítulo en este blog centrado en la respuesta a la crítica reduccionista y el cientifismo.

1 comentario:

Osteopatía Bioenergética dijo...

Excelente aporte a la visión que se debe tener sobre la bioenergia. Somos cuerpos energéticos de elevadas vibraciones condensados en un cuerpo físico, es ahí donde la ciencia alópata hasta ahora empieza a aceptar. Hoy lo vemos con mayor frecuencia en las consultas diarias de las EPS, donde los mismos pacientes exigen que los vea un médico bioenergético u homeopático, algo que genera gran aceptacion entre los consultantes.
Estamos pues adportas de expandir nuestra conciencia y evidenciar en últimas el gran poder sanador que tenemos la "autosanación" término ya acuñado en el siglo XX por Taylor Still, fundador de la Osteopatía. Empecemos pues, aqui y ahora a emprender nuestro viaje interior y a integrar nuevas formas de concebir la realidad y de nutrirnos del amor que cada ser lleva dentro.