
Una experiencia regresiva Pre-Personal puede reconocerse por algunos rasgos; entre ellos están la lógica mágica con que la persona entiende ese momento el mundo (imaginería fantástica, amuletos, armas arcaicas u futuristas, ovnis, seres titánicos, etc.); o la activación de un estado preverbal temprano, con incapacidad para hablar, balbuceos, reflejo de succión, bloqueo sensorial del mundo exterior; disminución de la función cognitiva para la formación de conceptos y reconocimiento de objetos, símbolos, letras; distorsión alucinatoria del cuerpo y los sentidos; perdida de control de esfínter; conciencia oceánica, es decir, la no separación entre la persona y el afuera; entre algunas de las experiencias más comunes.
Por el contrario la experiencia Trans-Personal puede reconocerse en la fusión con el afuera (naturaleza, cosmos, Dios, etc) pero manteniendo un sentido de individualidad o la fusión sujeto-objeto (muy parecido a la conciencia oceánica) que conlleva posteriormente a una mayor integración social; la inefabilidad de la experiencia que va más allá del pensamiento discursivo; nóesis, es decir, aprehensión del conocimiento puro de forma directa; éxtasis divino o iluminativo, que posteriormente permite entender que la voluntad está sujeta a algo mayor que el propio ego; de plenitud física y psíquica; entre otras.
Las experiencias Trans-Personales o Cumbre, como Maslow las llamaba, pueden asociarse a un estado místico que “conduce a una transformación permanente de la psique hacia la totalidad, la salud y la autorrealización.” (Owens). La experiencia Trans genera una nueva visión tanto de sí mismo como de las relaciones con el otro, por lo que no se regresa a la neurosis anterior ni se refuerza, sino se cambia, se amplia, se integra, se fusiona, para un resultado transformador radical.
Wilber habla de las experiencias Trans diciendo: “Estas experiencias pueden proporcionar una sensación de sentido y objetivo a nuestra vida, pueden ayudarnos a superar crisis existenciales y despertar en nosotros una preocupación compasiva por la humanidad y el planeta. También evidencias la existencia de un amplio abanico de posibilidades humanas y nos sugieren que ciertas emociones, motivaciones, capacidades cognitivas y estados de conciencia pueden ser cultivados y refinados hasta grados mucho más elevados has lo ahora considerado normal (Wilber, 1994) .
En mi opinión todas las emergencias psico-espirituales, sean experimentadas como Pre o Trans son recursos con los que nuestra propia naturaleza se sirve para hacer un cambio en búsqueda de su transformación, según las capacidades de cada persona. Por otro lado y en mis experiencias he podido constatar como lo Pre y lo Trans va emergiendo, sin superponerse o traslaparse bajo una lógica superior que solo tiene sentido para sí misma. En ese orden todas son positivas y sanadoras si son bien integradas posteriormente.
(Imagen: Pintura del curandero peruano Pablo Amaringo).
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