
“Alégrate por lo que has alcanzado, sin entristecerte por lo que te queda por alcanzar, pues el sediento se alegra cuando bebe y no se entristece porque no puede agotar la fuente. [...] Da gracias por lo que has recibido y no te entristezcas por la abundancia sobrante. Aquello que, por tu debilidad, no puedes recibir en un determinado momento lo podrás alcanzar en otra ocasión, si perseveras. Ni te esfuerces avaramente por tomar de un solo sorbo lo que no puede ser sorbido de una vez, ni desistas por pereza de lo que puedes ir recogiendo poco a poco”.
Efrén de Siria, fue padre de la iglesia cristiana primitiva, ermitaño, místico y poeta nacido en la entonces provincia romana de Mesopotamia en 306 DC y muerto en Edesa en 373 DC. Por humildad rehusó la ordenación sacerdotal por lo cual se le llama “Efrén el Diacono” En su tiempo fue conocido también con el apelativo de «El harpa del Espíritu». Narra él mismo como su obra comenzó luego de un sueño donde pudo ver como de su lengua nacía una mata de uvas, la cual se extendía por muchas regiones, llevando a todas sus racimos. Pasó la mayoría de su vida en una cueva.
3 comentarios:
Gracias por compartir ese pequeño texto y reflexión. Viene muy sincronicamente a mi camino y al de muchos otros seguramente. Será posible que pueda reproducir tu comentario en Psicología Perenne? (obviamente, con la cita respectiva) Por favor contestame en un comentario en mi blog o a nuestro mail. Gracias!
Matías
Claro que sí
Buen post!
Hay mucho que caminar el camino del crecimiento y a veces es muy espinoso y duro, pero siempre hay recompensa.
Gracias y un abrazo.
Publicar un comentario