viernes, 19 de septiembre de 2008

¿Si los Guías lo saben todo para que intervenimos nosotros?

Bajo el anterior enunciado no tendría sentido la labor de los sanadores, ni siquiera sería necesario nuestra presencia, pero si fuera así tampoco existiría la enfermedad ya que los mismos Guías estarían en permanente trabajo equilibrando todo lo que nosotros desbarajustamos. Pero esto no sucede así.

Nosotros somos canales de la energía creadora en este mundo, los Guías Divinos y Cirujanos de la Luz Divina nos requieren por la sencilla razón que nosotros estamos más inmediatamente conectados con este ámbito de la fisicalidad, de la densidad energética. Así como ellos están en permanente presencia del esplendor Divino, concientes permanentes de lo sagrado, nosotros en otro extremo somos concientes permanentes del aspecto material de la vida. Así, tanto ellos como nosotros cumplimos un rol en el plan divino.

Pensemos en una cadena donde todo se relaciona según su nivel de energía/conciencia. Cada una necesita de la otra para vincular todo el espectro. De esta forma somos puente y canal, manifestando a Dios a través de nuestros actos mundanos.

En ese orden de ideas, la Sanación no es una tarea exclusiva de los niveles de más alta frecuencia, ya que finalmente estamos trabajando desequilibrios físicos y densificaciones o coagulaciones energéticas, todos con origen en este plano de conciencia. Es allí donde nosotros entramos. Para que esa energía de alta frecuencia se manifieste en este plano requiere de un canal que comparta dos aspectos: Conciencia (lo que nos permite reconocernos como seres individuales y nos permite relacionarnos con los aspectos de más alta frecuencia que nos rodean) y Corporeidad (nuestra aspecto físico donde los desequilibrios terminan impactando). Eso es lo que nos hace maravillosos y diferentes. Tenemos lo mejor de dos mundos y somos un puente imprescindible para que lo divino se manifieste aquí, sea con la sanación o el arte, por ejemplo.

Pero por otro lado, no somos meramente marionetas de lo divino, que solamente ponemos las manos y dejamos que suceda lo que suceda, y decimos “igual ellos son los que saben”. Somos seres con voluntad propia que sirven como co-creadores de esta realidad. Los sanadores de este modo, en el alineamiento de su Conciencia con lo Divino participamos activamente y fundamentalmente, por estar en este plano. Nuestra materia es algo maravilloso en nosotros y es por lo que somos tan importantes en el ecosistema divino.

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